martes, 29 de junio de 2010

Arcila triunfador de la Feria de Mocha


El Matador de Toros Colombiano JOSE ARCILA recibió la estatuilla San Juan
Bautista, como Triunfador de la importante Feria Ecuatoriana de Mocha
ompuesta de dos Corridas de Toros ( Una de ellas de Rejones) y una
Novillada. Se celebró desde el viernes 25 hasta el domingo 27 del presente.

ARCILA cortó una OREJA en su primero del hierro Triana e INDULTO al
segundo de Atocha haciéndose merecedor de las DOS OREJAS y el RABO.

Por su parte Juan Francisco Hinojosa fue ovacionado en su primero e
INDULTÓ también a su segundo de Atocha. en tanto que Martin Campuzano vio
silenciada su labor en su primero y recibió dos avisos en su segundo,
habiendo pechado con mal lote.

Este domingo 27 de junio, la plaza registró más de tres cuartos de entrada
en tarde apacible que fue del agrado del público.

JOSE ARCILA abrió la Puerta Grande a hombros de los aficionados de la
localidad, que valoraron la entrega, técnica y forma de interpretar el
toreo del diestro de Manizales, Colombia.

El primer astado del coleta Colombiano, resultó de juego difícil por su
falta de raza y calidad, demando del diestro una entrega absoluta y su
labor fue colofonada con una estocada entera de magnífica ejecución y
efecto fulminante. Su segundo antagonista un ejemplar de importantes
virtudes como bravura calidad y recorrido permitió que lo lanceara a la
verónica de magnífica forma rematando con una pinturera media, ya en la
muleta inició con una serie de derechazos de rodillas y efectuó largas
tandas sobre las dos manos impregnadas de firmeza, calidad y temple para
luego de una serie de bernardinas comenzar a escucharse el clamor del
público a la presidencia del indulto del toro, lo cual finalmente fue
concedido.

Con casi seguridad luego de este Triunfo regresará a tierras ecuatorianas
para participar en la FERIA de TANICUCHI, en los primeros días del mes de
agosto.

viernes, 25 de junio de 2010

Los Peligros del Animalismo (Francis Wolff)

Razón 47: Peligros de una moral prohibicionista
Hoy la fiesta de los toros. Y mañana ¿contra qué la tomarán? ¿Qué inocente placer será descrito como perverso? ¿La caza deportiva, la pesca con caña? Eso ya está. ¿Y entonces? La producción de foiegras ya está prohibida en varios países. El Parlamento californiano votó incluso en el 2004 una ley prohibiendo su comercialización. ¿Y mañana? ¿Habría primero que ``desaconsejar vivamente´´ el consumo de carne y de pescado (por razones supuestamente morales, se entiende) para después autorizar su consumo solo bajo ciertas condiciones, para finalmente decidir prohibirlo? Y pasado mañana, ¿``desaconsejar´´ la leche, el cuero, la lana…porque suponen explotación animal? ¿Y por qué no la miel? ¿O la seda producida gracias a la invención por parte de los chinos de una mariposa, el Bombyx mori? ¿Hasta dónde irá la obsesión de nuestro ``Bien´´ y la locura prohibicionista?

Razón 48: Animalismo e imperialismo cultural
Se escuchan voces de algunos políticos de Cataluña, lugar hasta hace poco taurinamente brillante, declararse hoy antitaurinos en nombre de la resistencia de la catalanidad frente al centralismo español. También sabemos que, simétricamente, algunos aficionados de la Cataluña francesa se reafirman como radicalmente taurinos en nombre de esa misma resistencia de la catalanidad ante el centralismo francés. (En Céret se toca ``Els Segadors´´ himno nacional catalán, antes de la salida del primer toro). También sabemos que todo nacionalismo debe reinventar permanentemente su pasado y construirse un enemigo todopoderoso frente al cual debe presentar su propia ``nación´´ como víctima. En esto no hay nada nuevo. Lo que es nuevo, y que sería casi cómico si la corrida de toros no fuera mañana la víctima, es que esta resistencia al supuesto imperialismo más cercano (el español) se hace en nombre de los valores, los principios y las normas del imperialismo cultural más potente (argumento 33), el imperialismo cultural anglosajón y sus principios animalistas, que tienen fuentes históricas, ideológicas e incluso religiosas propias, y que están en las antípodas de las tradiciones culturales, ideológicas y religiosas de los pueblos mediterráneos.
El sentido de la fiesta en la calle, la ritualización de la muerte, y la estilización enfática de lo trágico, elementos constitutivos de la fiesta de los toros, están en el fundamento de todas las culturas mediterráneas. Y estas costumbres están muy alejadas de las tradiciones de los países anglosajones y de las culturas de tradición protestante de las que se alimenta hoy toda la moral animalista. Pretendiendo zafarse de la dominación de un hermano ¿no caen algunos movimientos antitaurinos bajo la influencia de un primo mucho más lejano?

jueves, 24 de junio de 2010

David Villa, goles por naturales



Fotografia: burladero.com

El futbolista David Villa (España) reivindicó ayer, por partida doble, su afición por la fiesta de los toros.
El 'Guaje' celebró ayer toreando por 'naturales' y 'derechazos' sus dos goles a Honduras en el Mundial de Sudáfrica.

martes, 22 de junio de 2010

¿Hasta dónde irá la ``liberación animal´´?

Texto: Francis Wolff
Razón 46: ¿Hasta dónde irá la ``liberación animal´´?

La modernidad ha conllevado una incontestable degradación de las condiciones de cría de algunos animales destinados al consumo humano (especialmente cerdos, terneras y polos) considerándolos puras mercancías. La toma de conciencia de ese fenómeno ha acabado por conmover de manera perfectamente legítima a las poblaciones occidentales, las cuales – por otra parte – no tienen una idea clara del precio que tendrían que pagar por un eventual retorno a una cría más extensiva o más respetuosa con las condiciones de la vida de las bestias.

A la misma vez, las mentalidades cambian: el crecimiento de la urbanización ha hecho perder a los habitantes de las sociedades industriales cualquier contacto con la naturaleza salvaje. Las personas han olvidado la ancestral lucha contra las especies dañinas (pensemos en los lobos que diezmaban rebaños o las ratas transmisoras de la peste) e ignoran la que continúan librando otros hombres en otros lugares (las langostas que destrozan las cosechas africanas, o incluso los perros asilvestrados que infestan multitud de ciudades del tercer mundo).
El animal ha dejado de ser, en el imaginario occidental contemporáneo, lo que era en el imaginario clásico: de bestia terrorífica o animal de labor o víctima o mascota.

De ahí la elaboración del mito por la civilización industrial: el de una ``naturaleza´´ pacificada (paraíso perdido donde los animales son libres) y el del Hombre, con mayúscula, representando el Mal, verdugo del Animal con mayúscula, víctima inocente. Esto permite poner a todos los animales en el mismo saco: el gato y el ratón, el lobo y la oveja, el perro y la pulga, el toro de lidia y el animal de compañía. Este fantasma alimenta los ideales de la ``liberación animal´´.
Se comprende entonces por qué la ideología animalista elige como blanco la fiesta de los toros. No es porque sea más ``cruel´´ objetivamente que todas las formas de explosión animal (se sabe perfectamente que no), ni porque contraríe más la naturaleza de los animales que las demás formas conocidas de domesticación (hemos visto que no), sino porque contradice la imagen aséptica y edulcorada que se tiene actualmente del mundo animal (¿una bestia que combate y puede matar?) ¡Inimaginable!) y que parece ser la imagen de la relación del Hombre con su víctima. ¡Y puesto que habría que ``liberar´´ a todas las víctimas, es por lo que se debe comenzar por esos pobres toros de lidia! Tocamos de nuevo con lo irracional.
Y mañana, ¿cuál será la nueva imagen de víctima animal que ya no podrán soportar? ¿Habría que ``liberar´´ todos los animales que el hombre ha domesticado desde hace 11000 años tal y como lo reclaman ya hoy los teóricos radicales del animalismo en Estados Unidos? ¿Habrá que soltar los cerrojos para liberar a los conejos, y que se apañen Australia y su ecosistema que estuvieron a punto de perecer bajo el peso de su invasión? ¿Habrá que liberar a los visones, como recientemente se ha hecho en Dordogne, sin preocuparse de la catástrofe ecológica que provocaron? ¿Habrá que liberar a las ovejas del hombre y libera también a los lobos sin preocuparnos de las ovejas, y liberar también a los osos sin preocuparnos de los agricultores de los Pirineos y sus rebaños (y que ellos también pueden liberarse de los osos, si les apetece)? ¿Hasta dónde nos llevará está locura ``liberacionista´´? Hasta el punto de que, tomando conciencia de que la mayor parte de las variedades, razas y especies animales (como el toro de lidia) sólo deben su supervivencia a la relación con el hombre, y que, una vez ``liberadas´´, no podrían volver al estado salvaje sin ser inmediatamente condenadas a la muerte, habríamos de tomar, como única medida ``liberatoria´´ eficaz, la castración y esterilización de todos los animales domésticos d la tierra que nos aseguraría que jamás habrá animales sometidos a los hombres.

Es esto lo que preconiza el pensador americano Gary Francione, que se atreve a llevar la lógica de la ``liberación animal´´ hasta este punto. ¿Es absurdo? Es, cuanto menos, insensato. Sin embargo es absolutamente coherente. De hecho es el único tipo de medida que se deduce racionalmente del principio mismo de la ``liberación animal´´, eslogan tan ingenuo como irresponsable.

jueves, 17 de junio de 2010

Los Peligros del Animalismo (Francis Wolff)


Texto: 50 razones para defender los toros Foto - blogspot: orocardeno
Hemos intentado responder a los detractores de la fiesta de toros. Hemos intentado decir también, en pocas palabras, lo que son las corridas de toros y los valores de los que son portadoras. En este momento, hay que intentar esbozar las razones que convierten en peligroso el movimiento antitaurino. En sí mismo sólo lo es para la fiesta de los toros; pero el movimiento más general del que es su manifestación y los valores que lo inspiran amenazan mucho más allá que a la fiesta de los toros. Después de todo, puede usted pensar que si mañana, o en diez años, las corridas de toros se prohíben en los lugares donde hoy existe n ¡asunto zanjado! Los aficionados se recuperarán y las pasiones humanas ya encontrarán otro propósito del que ocuparse. Quizá. Hoy la amenaza se cierne sobre la fiesta de los toros ¿qué es lo que amenazará mañana?

Razón 45: Humanismo o animalismo

Ya hemos dicho que no hay que confundir al hombre y al animal (argumento 6 y 23) ni los principios del humanismo con los del animalismo (argumento 39). Ahora bien, la ideología que se extiende y de la que el movimiento antitaurino es portador consiste en poner en el mismo plano animales y hombres: ``¿No somos nosotros también animales?´´ ¿No tenemos que tratar a los animales como tratamos a los hombres? ´´La intención parece loable: porque ¿no es una manera extender a los demás seres vivos la compasión, la simpatía, y por tanto, la moralidad que nos liga a los hombres? Mera apariencia. Porque, intentando alzar a los animales hasta el nivel en el que debemos tratar a los hombres, necesariamente rebajamos a los hombres al nivel en el que tratamos a los animales. ¿Qué quedaría de los valores de justicia, equidad, generosidad y fraternidad? ¿Qué sería de los valores de la convivencia, si reducimos la comunidad humana a esa otra, infinitamente más vaga y menos exigente, que nos liga a los animales, sea cual sea la afección que tengamos para con algunos o el respeto que debemos a todos?

miércoles, 16 de junio de 2010

Sabina: 'El que no quiera ir a los toros, que no vaya. Y que se dejen de tocarnos los cojones'


Fotografía: Sabina con Serrat y Miguel Bosé en los toros

Texto y foto tomado de: burladero.com
Sin pelos en la lengua y a las claras. Así se ha manifestado el cantante Joaquín Sabina sobre la posible prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Al igual que han hecho compañeros suyos, como Serrat , Andrés Calamaro , Loquillo o Jaime Urrutia, el cantautor ha hablado esta vez sin ambigüedades y sin recelo de la Fiesta de los toros, más allá de su ídolo José Tomás.

En una entrevista en el periódico 20 Minutos, Sabina se muestra contundente y apela a la libertad de los ciudadanos para ir o no a las plazas: "El que no quiera ir a los toros, que no vaya. Y que se dejen de tocarnos los cojones, que hay cosas más importantes. Pero que no hablen de ecología ni de amor a los animales, porque no conozco a nadie que los ame más que los ganaderos y los toreros".

El cantautor no se deja nada en el tintero y responde a los que hablan de sufrimiento del animal, porque "si yo fuera animal, me gustaría ser toro de lidia: a ninguno se lo respeta más. Ninguno está mejor tratado. Y además, tiene la posibilidad de que lo indulten y pasarse toda la vida follando vacas sin parar", finaliza entre risas el cantante, que se encuentra promocionando su disco Vinagre y Rosas.

martes, 15 de junio de 2010

Una corrida de Toros en el Ecuador Rural

Tomado de: Revista IN - LAN
JUNIO 10 - PG. 40

Ponce: «La Fiesta Nacional es tan grande que se defiende por sí sola»


10 Junio 10 - Madrid Compártelo:
Tomado de: http://www.larazon.es/

El diestro de Chiva expresó ayer, en los encuentros «La Razón de...», su ferviente apoyo a una profesión que «ama y hace emocionarse» sin necesidad de una defensa directa de los ataques que sufre en los últimos tiempos

LA RAZÓN fue ayer de Enrique Ponce. El torero valenciano visitó la sede de este diario para defender a capa y espada la Fiesta Nacional: «El Arte entre las artes», tal y como tituló su intervención.

«Muchas gracias querido Alfonso por unas palabras tan bonitas hacia mí, de una persona a la que guardo un profundo respeto y admiración. Quisiera agradecer a LA RAZÓN este reconocimiento que hoy se me da de estar con todos ustedes y la oportunidad de poder expresarme como torero y el sentimiento que tengo. Buenas tardes Excelentísima Ana Botella, ilustrísimos y queridos amigos, también quiero agradecer de manera especial al presidente Mauricio Casals su presencia con nosotros. El título del discurso que voy a exponer lo he titulado “El toreo, el Arte entre las artes”. Quiero que se vea la vinculación y la relación que el toreo siempre ha tenido dentro de la Cultura y de los distintos ámbitos artísticos. Por eso lo he llamado así, porque siempre he visto y sentido el toreo como algo bello y artístico. Nunca lo he concebido como una lucha entre el toro y el torero, aunque fuera ése su inicio, para mí el toreo es el Arte entre las artes.

No es de extrañar pues que grandes genios literarios y artistas de todos los ámbitos, se hayan inspirado y se sigan inspirando constantemente en el toreo para realizar grandes obras de arte. Piensen lo que sucedería si en Inglaterra existiera una fiesta popular que hubiera hecho a Hemingway dedicarle varios de sus libros. Piensen que en Estados Unidos existiera una ceremonia tradicional que hubiera merecido una serie de litografías de Picasso o de Goya. Piensen que en Alemania existiera una costumbre de sus pueblos que poseyera tal fuerza que Bizet le hubiera dedicado una ópera universalmente conocida. Esa hipótesis existe y se convierte en realidad en el legado de la cultura española. Y tiene un nombre que no necesita traducción: Fiesta Nacional. Tan presente en todas las Bellas Artes.

Si nos parásemos a pensar en una tarde de toros, se conjugan todas estas artes. La música, que suena de fondo ante una gran faena. La escultura, que se materializa en cada uno de los lances o suertes del toreo en embroque de onírica torería. Con la diferencia de que esa escultura irrepetible cobra vida, emociona más que ninguna otra y permanece en nuestra retina sin que nunca jamás se pueda volver a ver.

(...) En la pintura, porque como dice mi amigo el maestro Botero: “Una corrida de toros se pinta sola, ya que tenemos todo el colorido y la luz del mejor de los cuadros”, quedando esto de manifiesto en las tauromaquias de Botero, Picasso, Goya, Roberto Domingo o del actual y también afamado Miquel Barceló. Está presente el toreo en la poesía, porque algo de extraordinario tiene que ocurrir en el ruedo a las cinco en punto de la tarde, la hora mágica del toreo, para que un genio como Federico García Lorca se inspirara para dar fruto a uno de los más grandes poemas de la literatura universal: “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”. O para que en la obra de Rafael Alberti figuren numerosos poemas taurinos y sintiera incluso la íntima necesidad de vestirse de luces y hacer el paseíllo en la cuadrilla de Sánchez Mejías en la plaza de toros de Pontevedra en 1927. En la ópera, Bizet convierte en héroe de una historia universal de amor y de celos a un torero en “Carmen”. En el teatro, también el toreo asume una parte de su escenificación, porque de alguna manera el torero se convierte en actor con la diferencia de que en el escenario del ruedo se muere de verdad. En la danza, tantas veces comparada con el toreo por los ademanes que se asemejan a los de un gran bailarín. Y en la literatura, a la que dedicaron parte de su obra José Bergamín, Rafael Duyos, Pablo Neruda o Blasco Ibáñez, que con su novela “Sangre y arena” dio pie a que la Meca del cine americano se interesara por la fiesta de los toros desde otro ángulo.

(...) Numerosas frases reflejan la admiración por el Arte del toreo a lo largo de la Historia. Lorca dijo sobre la fiesta de los toros: “El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, creo que los toros es la fiesta más culta que hay en todo el mundo”. Manuel Machado llegó a decir que antes que poeta, hubiera preferido ser un buen banderillero. Ortega y Gasset confesaba que habría cambiado su fama por la gloria de los matadores de toros. En cierta ocasión, cuando a Gerardo Diego le preguntaron que cómo era posible que en Santander hubiera presenciado una corrida por la mañana, otra por la tarde y una tercera por la noche, replicó que “todos los días deberían ser así”. Picasso confesó que lo que más echó de menos en su exilio francés era precisamente las corridas de toros.

Si grandes personalidades honraron a la Fiesta con sus reflexiones y comentarios, ésta devolvió también un modo de expresión propio, calándose hasta la médula la terminología taurina en conversaciones cotidianas como apretarse los machos, estar sin puntilla, me han pegado una estocada, me está toreando y otras muchas que conocemos y utilizamos.

Queda así de manifiesto que nuestra Fiesta Nacional forma parte de las más grandes expresiones artísticas del mundo. Y es que el toreo ha evolucionado de una manera extraordinaria. Todo arte es, de por sí, evolutivo. En el toreo evolucionó a la vez que el toro.

(...) Ahora bien, todo arte requiere de una excelente técnica para poderse realizar de manera excepcional. Posiblemente, en el toreo, sin una técnica depurada difícilmente podría el torero expresar lo que su alma y corazón le dicta. Es por ello que no hay ninguna figura del toreo que carezca de una buena técnica. En cualquier actividad artística, y muy especialmente en el toreo, si no se domina la técnica, el cuerpo se queda a merced del toro. En otras cosas sería imposible cuajar un número importante de toros porque cada uno es distinto y pide una lidia diferente que, aunque pueda parecer igual, no es semejante a la anterior.

(...) Por todo ello, la inspiración en una faena es fundamental. No se puede traer preconcebida desde el hotel, pensarla y luego aplicarla. Lo que nos diferencia de otros artistas es que esa inspiración que dota a todo artista la tienes que tener, quieras o no, a la hora de la corrida. Ése es el momento. No puede ser otro. Si no tienes la técnica apropiada para ir desbrozando el mármol difícilmente llegará tu obra a la categoría de arte. Es obvio que es imprescindible para la expresión artística del toreo. Cuando es depurada y está asimilada por parte del torero, éste responde automáticamente frente a los planteamientos del astado y posibilita que fluya con toda naturalidad, sin estridencias, como si brotara por los poros de la piel, olvidándote del cuerpo. El toreo es sentimiento del torero y el aficionado. Una emoción del matador de toros, inefable por la expresión del propio sentimiento. Tenemos la gran suerte de contar con una Fiesta que es única porque en ella se conjugan todas las otras expresiones artísticas. Por ello, es el Arte entre las artes. Y es nuestra. Muy nuestra. Una Fiesta que no debería necesitar de defensa alguna, puesto que el arte jamás lo ha necesitado. Es tan grande que se defiende sola, sólo hay que amarla y emocionarse con ella.

Toda mi vida he querido ser torero. Siempre fui torero. Nací torero. Ser torero es una forma de vivir, de sentir, de ser, de respeto a los toreros, y a quien todo te ha dado y te puede quitar, el toro. El toreo es grandioso, mágico, tanto que es el único espectáculo artístico en el que no hay nada preparado. Lo que ocurre en ese momento es todo de verdad. Se desarrolla con una gran incertidumbre y en soledad. Allí se funden arte y tragedia, toro y torero, permaneciendo para siempre como acto único e irrepetible en la memoria de nuestras retinas y en la emoción de nuestros corazones. Muchísimas gracias por la atención prestada, agradeciendo la presencia de nuevo de todos».

jueves, 10 de junio de 2010

La Fiesta de los toros es creadora de inestimables valores estéticos (F. Wolff)

Razón 42: Un arte original, entre el clasicismo y la modernidad

El arte del toreo es original. Tiene algo de música (armonía de los acontecimientos consonantes), algo de artes plásticas (equilibrio de líneas y de volúmenes en tensión opuesta), algo de las artes dramáticas (alianza del azar y de la necesidad).
El toreo tiene al mismo tempo algo de clásico y algo de contemporáneo. La mayoría de las artes cultas han abandonado hace tiempo la creación de la belleza, valor estético que se juzga desfasado. Desde ese punto de vista, el toreo es un arte extremadamente clásico. La mayoría de las artes cultas han abandonado la representación, para transformarse en artes de la actuación única y de la presentación directa. Desde este punto de vista, el toreo es un arte completamente contemporáneo : presentación bruta del cuerpo, de la herida, de la muerte.
El toreo tiene al mismo tiempo algo de las artes cultas y de las artes populares. Da a los profanos las más inmediatas emociones y a los cultos las más refinadas conmociones, que corresponden a las artes más ``estéticamente correctas´´. Y da a todos, a la par que la tensión permanente debida al riesgo de la muerte, el alivio transfigurado debido a la belleza.

Razón 43: Lo trágico
Y a todas las artes, el toreo les añade la dimensión que ninguna otra arte podrá nunca dar: la dimensión de la realidad. Todo está representado, como en el teatro, y sin embargo, todo es verdad, como en la vida. Puesto que el juego es a vida y a muerte. Orson Welles dijo: ``¡el toreo es un actor al que le suceden cosas de verdad!´´. La corrida de toros es un drama trágico al que le toca presentar sin ambajes la herida y la muerte. Y decir y afirmar esta verdad: sí, es innegable, morimos. ¿Es esta verdad la que rechaza nuestra época, la cual sólo ama la naturaleza aséptica, y sólo acepta la realidad a condición de que esté desinfectada, y que afirma amar la juventud siempre que sea eterna?

Razón 44: La fiesta, comunidad espiritual

Sin embargo, las corridas de toros son, y quizás por encima de todo, una fiesta. Los festejos taurinos siempre han ido de la mano de períodos de ruptura con la vida cotidiana, es decir de los momentos de conmemoración en los que una comunidad se encuentra y se recrea. Nuestra época, más que cualquier otra, tiene necesidad de fiesta, por que nuestra modernidad es cada vez más individualista, circunscrita al hogar, a lo privado y a lo íntimo. Mientras que la fiesta es la calle, lo de afuera, lo público. Quizás es por eso por lo que las corridas de toros dominicales han sido siempre paulatinamente reemplazadas por las ferias. No hay corrida de toros sin fiesta, pero para los pueblos taurinos no hay fiesta posible sin toros. Porque, ¿hay alguna imagen más bella de la comunidad que el mismo ruedo, redondo, circular, donde todo el mundo ve todo, donde todo es visto desde todos los lados y donde, sobre todo, toda la comunidad se ve a sí misma, comulgando de un mismo espectáculo, de una misma ceremonia, y siguiendo un mismo ritmo de óles, con el sentimiento de vivir juntos un acontecimiento único?
Este es el poder de la fiesta de los toros, bien conocida por los alcaldes de las ciudades taurinas, atentos a la vida de su comunidad. Saben que no se hace la misma fiesta en las bodegas de Mont – de – Marsan que el ``Real de la feria´´ de Sevilla, que no se canta igual en las Fallas de Valencia como se corre en Pamplona, que no se baila igual en Nimes que en Granada, que sin toros durante el día no se haría, por la noche, la fiesta con el mismo ánimo. Por que lo que hemos vivido durante el día, todos juntos, es el triunfo de la vida sobre la muerte.

martes, 8 de junio de 2010

La Fiesta de los toros es creadora de inestimables valores estéticos (F. Wolff)


La Fiesta de los toros es creadora de inestimables valores estéticos

Sin embargo, la fiesta de los toros no sería nada si se quedara ahí. Sería sólo defendible pero no admirable. Si tantos artistas han visto en el toreo un arte que podía ser traducido a su forma de expresión, si la fiesta de los toros procura a los que la aman tan incomparables placeres, si hay que preservarla como una fuente de valores estéticos que no debe perderse, es por que el toreo es un arte raro, que entronca posiblemente con el origen mismo del arte: dar forma humana a una materia natural.

Razón 40: La sublime grandeza del espectáculo
Entre en una plaza de toros llena un día clave. Nunca antes ha asistido a una corrida. No está ni a favor ni en contra. Solamente quiere ver. Le horroriza la violencia y no le gusta para nada la sangre. A pesar de todo es posible que la grandeza del espectáculo le conquiste poco a poco. Si es así, déjese arrastrar por las sensaciones: la solemnidad del ritual, la ligereza de la música, el destello inesperado de los trajes, el poder de la fiesta que ataca en todas las direcciones, la coreografía tan regulada como imprevisible de las cuadrillas, el capote que gira, el impresionante choque del toro con el caballo de picar (la suerte que más inspiró a Picasso), las banderillas que revolotean, la increíble serenidad del hombre durante el duelo, las audaces y deslumbrantes figuras de su danza con el animal, la muerte en el recogido silencio de la multitud…¿Ya ha visto usted algo parecido? ¿Ha visto algo que le deje atónito hasta ese punto? ¿Ha visto alguna cosa que pueda así trastornar y hacer naufragar sus sentidos? Ese espectáculo incomparable, único, tan potente como singular, esta fiesta total de la grandeza y de la desmesura recibe el nombre de lo sublime. Usted quizás vuelva. O quizás no. Pero seguro que está de acuerdo en afirmar: sólo las corridas de toros pueden procurarnos hoy emociones como éstas.

Razón 41: La creación de lo belloTodo eso no son más que las primeras sensaciones del profano, que el aficionado sólo reencuentra en las grandes ocasiones. Pero, día a día, el arte del toreo consiste en algo completamente diferente: simplemente crear belleza. La belleza del toreo es la más clásica: supone elegancia, armonía de movimientos, perfección de formas, equilibrio de volúmenes. El toreo crea formas, obras humanas a partir del caos, es decir la acometida natural del toro. Inmóvil pone, con un solo gesto, orden donde no había más que desorden y movimiento. Dibuja curvas poéticas donde el animal naturalmente sólo produce líneas rectas (para coger, para matar). Intenta, como los más clásicos pintores, producir el máximo efecto sobre su materia prima (la acometida del toro) con las mínimas causas, es decir en el menor espacio, tiempo y movimiento.
Claro que no sólo existe la corrida de toros para crear belleza. Pero sólo la corrida de toros puede crear esta belleza a partir de su contrario, el miedo a morir.

viernes, 4 de junio de 2010

La Corrida y los valores humanistas (50 razones - Francis Wolff)

Razón 38: Admirar las virtudes morales del torero

Torear no es sólo arriesgar su cuerpo o ejercer su inteligencia. Es también demostrar virtudes morales que se deducen del acto taurómaco. Es ilustrar cinco o seis grandes virtudes intemporales. El toreo no es solamente una técnica, ni un arte, sino también una suerte de ``arte de vivir´´ que requiere que se actúe siempre respetando algunos de los grandes principios morales.
Para ser torero, o mejor, para merecer ese título:
- Hay que combatir a un animal naturalmente peligroso, lo que exige valor y sangre fría
- Hay que afrontar al público, sin perder la cara, lo que exige caballerosidad y dignidad
- Hay que dominarlo, lo que exige antes que nada, el dominio de sí mismo, del cuerpo, de las reacciones instintivas y de las emociones incontroladas
- Hay que matar, también, a ese adversario, lo que solo se justifica si, para hacerlo, se pone la propia vida en juego (argumento 3): esto supone lealtad para con el adversario y total sinceridad en relación con su propio compromiso físico y moral.
- Finalmente hay que saber ser solidario con los compañeros ante el peligro, lo que exige, una vez más, sacrificio de su propia persona, aún a riesgo su vida.
¿No es el Torero con mayúscula un auténtico ejemplo de lo que querríamos poder hacer y un verdadero modelo de lo que nos gustaría poder ser?

Razón 39: Diversidad Cultural e imperativos universales de la humanidad

Hemos expuesto cómo defender la fiesta de los toros era resistir a la globalización (argumento 33). Pero defender la diversidad cultural no significa defender cualquier práctica cultural. No todas son obligatoriamente ``buenas´´ o defendibles. Algunas chocan con prohibiciones o tabús absolutos. Son aquellas que transgreden lo que puede ser resumido en la idea de ``derechos humanos´´ . Condenar la esclavitud a un hombre o a una mujer; no reconocer a una persona como tal, tratar a un ser humano como un medio para satisfacer cualquier necesidad; rechazar los principios de reciprocidad y justicia; violar los principios de libertad, igualdad y dignidad de los seres humanos… Son acciones que nada tienen que ver con la diversidad cultural ni tampoco con la placentera relatividad de las costumbres. Son pura y simplemente barbarie. Por definición, estos principios universales no pueden aplicarse a los animales, ya que suponen el reconocimiento del otro como un igual, es decir imponen la reciprocidad sin la cual no habría justicia. Si el hombre hubiera tenido, o tuviera, que aplicar a los animales los principios que debe aplicar al hombre, no habría habido domesticación, ni ganadería, ni agricultura, ni, en definitiva, civilización propiamente humana. Esto no significa que podamos hacer lo que queramos con los animales, ni que no tengamos deberes hacia ellos (argumento 24). Significa que no podemos confundir esos deberes con los que tenemos hacia los hombres, ni los principios del humanismo con los del animalismo.
El animalismo no es una extensión de los valores humanistas. Es su negación.

miércoles, 2 de junio de 2010

SOMOS ECUADOR… UN EJEMPLO MUNDIAL PARA LA DEFENSA DE LA FIESTA


31 de Mayo de 2010 | Publicado por Enrique Romero | Categorías: Varios, toros
Publicado por: www.torosparatodos.tv
Fotografía: Alberto Suárez

El pasado fin de semana, en la Plaza de Toros Quito, la organización Somos Ecuador hizo la presentación de las actividades que se han realizado durante sus 4 años de labor. La reunión empezó con una clase práctica de la Escuela Taurina Jesús del Gran Poder, en la que niños y jóvenes estudiantes demostraron sus destrezas con capote y muleta frente a una becerra de la ganadería de Santa Coloma. Como acto siguiente se hizo la presentación del informe oficial de la organización ecuatoriana que incluye a más de 2000 aficionados y cuyo objetivo principal es difundir y promover la Fiesta Brava como parte de nuestro mestizaje cultural, tradiciones, arte y libertad de expresión.
La organización SOMOS ECUADOR se creó hace 4 años y está conformada por activistas taurinos, ganaderos, empresarios, toreros, escuelas taurinas a nivel nacional, gobierno, ciudadanos y aficionados en general que quieran trabajar en pro de la fiesta taurina. Esta organización cuenta con una directiva, comisiones permanentes y departamentos jurídicos, políticos, de comunicación y de activismo, que están abiertos a recibir aportes de todos los grupos del mundo taurino nacional e internacional.

Durante estos 4 años de existencia, SOMOS ECUADOR, ha realizado varias actividades en diferentes niveles donde la Fiesta de los Toros ha necesitado de más apoyo. Su gestión política se ha basado en la defensa de la fiesta, creando mesas de diálogo para que no se prohíban las corridas de toros, exista protección y para que no se retire la prohibición de asistencia a los menores de edad a este espectáculo. Por otra parte, sus actividades en el área de comunicación, se han realizado a través de la Comisión de Activismo Taurino y su objetivo ha sido estar presente en todas las plazas de toros del país con el fin de promover y difundir el arte taurino. Por otra parte se ha incrementado el número de afiliaciones a la organización en diferentes puntos del país y se han realizado acciones promocionales como la recolección de firmas de apoyo a la tauromaquia y la entrega de camisetas, escarapelas, libros y postales. El grupo mantiene una página web (www.somosecuador.com) con un blog actualizado y herramientas virtuales de fácil acceso y; tiene dos publicaciones anuales: Somos Cuentos y “Estudio económico, cultural y social sobre la fiesta de los toros en el Ecuador 2009” que los aficionados pueden adquirir de manera gratuita durante los diferentes festejos que se dan en el país.


Sin embargo, a pesar de todas estas actividades a nivel nacional, SOMOS ECUADOR, ha querido promocionar su visión a nivel internacional. Para ello, los organizadores han estado presentes en el Fórum Mundial de la Cultura Taurina en Azores y de la misma manera fue invitado a Sevilla para discutir sobre la declaración de patrimonio cultural inmaterial de la fiesta de los toros. La organización con estas actividades pretende incentivar a los aficionados taurinos de todo el mundo a crear grupos similares que puedan defender y promocionar la Fiesta Brava a nivel mundial, y para aquellos aficionados particulares que quieran formar parte de esta comunidad pueden inscribirse a través de: somosecuador@gmail.com

Sofía Vaca U. (Corresponsal en Ecuador)
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La Corrida y los valores humanistas (50 razones - Francis Wolff)

Razón 36: Comprender la animalidad

Hoy por hoy, no tenemos nada más que relaciones con animales de compañía, ``humanizados´´ por nuestra permanente convivencia con ellos. En el ruedo, vemos al animal, en toda su naturalidad, o , mejor dicho, a un animal singular, y aprendemos a comprenderle y a pensar con él. Ese es uno de los esenciales placeres del aficionado. Es también la primera sorpresa del profano cuando escucha los comentarios de los iniciados. Hablaban del toro, de su tipo, de su comportamiento e intentan descifrar su carácter singular, anticipar sus acciones y comprender sus reacciones: ``¿Por qué acomete aquí y no allí? ¿Por qué a determinada distancia y no a otra? ¿Por qué en ese terreno y no aquel? ¿Por qué repite sus embestidas? ¿Por qué mide sus arrancadas? ¿Se percatará de la presencia del hombre tras su engaño?´´. Aprender a ver los toros en general y comprender un toro en particular es una fuente de educación de ``etología´´ para niños. Finalmente, es la condición indispensable para apreciar el trabajo del torero: ver lo que él comprende, apreciar cómo se adapta a su adversario, juzgar si le entiende o no y admirar que le haya entendido mejor que nosotros. ¡Estamos lejísimos de gozos perversos!

Razón 37: Admirar las virtudes intelectuales del torero

Torear no es sólo atreverse a ponerse delante de un animal que podría (y querría) matar. Torear es demostrar una forma muy peculiar de inteligencia (los griegos habrían dicho ``astucia´´). Consiste en presentar el propio cuerpo a una fiera peligrosa de forma que lo pueda coger, desviando su acometida con un engaño de trapo. Una finta hecha de audacia y astucia. Torear consiste sobre todo en enlazar una serie de quiebros que necesitan un conocimiento del toro, una penetración intuitiva de sus acciones y sus reacciones, una inteligencia estratégica de la lidia adaptada a cada toro y un sentido táctico de los gestos necesarios en cada fase de la lidia. La finalidad de todos estos actos, que culminan con la muerte, gesto de suprema maestría, es la dominación del hombre sobre el animal: se trata de forzar al toro a actuar contra su propia naturaleza, es decir obligarlo a acometer dónde, cuándo y cómo el hombre ha decidido, cumpliendo con la gratuidad del juego y la seducción del engaño. De todo ello resulta una faena que viene a ser como una acción domesticadora concentrada en unos pocos minutos.
No hay placer taurino sin esa admiración por la inteligencia del torero. Y la fiesta de los toros no tendría sentido sin esas virtudes de la inteligencia humana que ganan a las fuerzas de la naturaleza. Esta es la lección constante y universal de todo humanismo.