jueves, 28 de enero de 2010

El Acha en la Feria de Ambato

José Luis Cortés, más conocido como el Acha entró al mundo de los toros gracias a su padre el famoso banderillero también denominado El Acha.
Nació el 8 de febrero de 1988 en Tungurahua y sus primeros pasos hacia el mundo del toro los dio en tentaderos aledaños a su provincia.
Se vistió de luces por primera vez en el 2004 en El Chaco, en una faena donde demostró su gran temple y torería ganándose la admiración y el respeto de todos los aficionados presentes.
Ha toreado en muchas plazas ecuatorianas, y una de sus más importantes faenas la dio en la Plaza de toros Belmonte. Ese mismo año toreo la prefería.
En el 2009 se consagró como el triunfador de la Feria de Valencia y este 2010 estará presente el sábado 13 de febrero en la Feria Nuestra Señora de la Merced en Ambato.

martes, 26 de enero de 2010

Javier Cortés estará presente en la novillada en beneficio de los damnificados de Haití.


Javier Cortes nació en Madrid en 1989. Tuvo su debut con picadores en el 2007 en Getafe España con ganadería de Vergara. Aquí corto una oreja al segundo de la tarde.
Su presentación como novillero fue en el 2008 en Las Ventas con ganadería de Baltasar Ibán; recibiendo aplausos en el segundo de la tarde.
Actualmente ha actuado en plazas importantes como en Colombia y en la Plaza de Toros Iñaquito, en la Feria de Quito Jesús del Gran Poder 2009. Con lleno en el tendido, lidió novillos de Mirafuente, y destacó en su segundo de la tarde con un ejemplar exigente que humilló y embistió cuando el madrileño se puso entre los pitones y aguanto con valor.
Fue capaz de arrancarle los muletazos con temple en una distancia inverosímil. El joven dejó una labor de arte y poderío. Cortés volverá a Ecuador el 13 de febrero para participar en la Feria de Ambato en la novillada en beneficio de los damnificados de Haití.

Toro de Lidia

Me llamo 'Toro de Lidia'. Dicen que soy uno de los animales más bellos del planeta, que estoy enamorado de la luna y que el orgullo animal se encarama en mis astas. Lo que digan los poetas y cantantes es lo de menos. Mis antepasados vivían en toda Europa y Asia Central, pero los humanos los fueron exterminando, porque, lo reconozco, los toros bravos tenemos carácter y bastante afición a pegar cornadas a todo lo que se mueve. No somos corderitos. Lo verdaderamente importante es que mi raza sobrevive gracias a las corridas de toros y sólo en los países en los que hay corridas de toros.
Se trata de una ley económica elemental: la demanda crea la oferta; mientras haya afición taurina, habrá toros de lidia. Si no, seremos exterminados por completo.
He vivido mi infancia y juventud espléndidamente en dehesas sin fronteras. Me duele saber que otros animales salvajes viven enjaulados en los parques zoológicos. Y me dan ataques de claustrofobia cada vez que pienso en los animales de granja estabulados (cerdos, pavos, pollos, etc.). Toda una "vida" mirando un metro cuadrado de suelo, esperando el día en que, hacinados en camiones, sean llevados al matadero, sin posibilidad de ser indultados tras hacer una pelea con bravura. O esos perros y gatos encerrados casi todo el día en un piso, y habitualmente castrados para que el dueño esté más tranquilo. Encerrados y castrados. ¡Eso sí que es tortura!
Por no hablar de los peces, colgados del anzuelo durante un buen rato, o los mariscos, a los que tiran vivos en el agua hirviendo... ¡yo no me cambio por ninguno de ellos!
Escribo esta carta desde el toril donde yo también aguardo el momento de ser sacrificado. Es la suerte común de todos los animales que con nuestra carne y piel prestamos un servicio al hombre. Me cabe la satisfacción de saber que hasta mis últimos movimientos proporcionarán un espectáculo que emocione a muchas personas.
Unos lo verán como un deporte de riesgo donde un enjuto torero (provisto sólo de capa y espada) se enfrenta a un toro enorme. Otros valorarán más el arte y colorido impresos en cada pase. Deporte o arte, lo que me satisface sobremanera es que los aficionados disfrutan sin necesidad de descargar su rabia contra nadie. He oído hablar de un deporte (fútbol creo que se llama) que a menudo termina en peleas entre seres humanos hasta la muerte.
No hay deporte sin riesgo y sin dolor. Por lo que a mí respecta, ese cuarto de hora de lucha cara a cara con el hombre (nunca de «tortura», pues yo embestiré cuando me dé la gana y repartiré lo mío) no me parece un coste excesivo al contrastarlo con las ventajas que antes he disfrutado y con las torturas infligidas sobre otros animales y personas. Sí, también personas. Estoy pensando en las torturas practicadas a la población reclusa en tantos Guantánamos que todavía quedan en el mundo. Y en las torturas practicadas en el seno materno conducentes al aborto. Al parecer, éstas últimas son legales pero nadie puede filmarlas; sería de mal gusto reproducir imágenes tan espeluznantes.
Amigos ecologistas: no seáis capullos. Gracias por la "preocupación" que desde siempre habéis mostrado por mi especie y raza: el toro de lidia. Me temo, sin embargo, que el remedio que proponéis es peor que los males que suponéis padecemos. ¿O se trata, acaso, de una manera de desviar la atención de los verdaderos problemas que azotan a los demás animales y a la especie humana?

LOS FONDOS RECUADADOS EN LA NOVILLADA DEL 13 DE FEBRERO SE DESTINARÁN A BENEFICIO DE LOS DAMNIFICADOS DE HAITI.


Desde el sábado 13 y el lunes 15 de febrero se desarrollará la Feria
Nuestra Señora de la Merced 2010, con una novillada y dos corridas de toros en la Monumental Ambato.
La Feria se iniciará el sábado a las 18h00 con una novillada en beneficio de los damnificados de Haití. Para esa tarde contaremos con la presencia de José Antonio Benítez, Javier Cortés, quien tuvo una presentación excepcional en la pasada Feria de Quito 2009, dejando un gran sabor de arte y poderío, y que además se despedirá como novillero en Ambato porque en Febrero tomará la alternativa; y el Acha. Los novilleros lidiarán hierro de La Concepción.
La segunda de Feria será a las 15h00 con toros de Campo Bravo y la intervención del diestro Diego Urdiales, quien ha venido toreando en la Monumental de Barcelona, Las Ventas e indultando toro de Victorino Martín en su temporada 2009; estarán presentes también los nacionales, Juan Francisco Hinojosa y Martín Campuzano.
El domingo 15 de febrero con toros de Triana – Mirafuente, veremos el torerío del español Miguel Abellán, quien en su temporada 2009 se ha presentado en prestigiosas plazas como la Monumental México, Texcoco, Sevilla, Nimes y ha salido por la puerta grande en Fitero, Cáceres y Fuentesauco. Esa misma tarde contaremos con la presencia de las figuras ecuatorianas, Juan José Robalino y Álvaro Samper quien debuta como matador de toros.
Con precios populares desde $ 4 en la novillada y beneficios especiales para que cada adulto que adquiera un boleto de contrabarrera ingrese gratis con un niño.
Con los fondos recaudados de la novillada del 13 de febrero, todos podremos respaldar a los damnificados por el terremoto en Haití.

viernes, 22 de enero de 2010

JOSÉ ANTONIO BENITEZ (ECU) EL 13 DE FEB. EN AMBATO


José Antonio debutó con caballos en Iñaquito en la preferia del año 2000, y el 7 de diciembre de 2002, hizo el paseíllo en la Feria Jesús del Gran Poder.
Posteriormente, el 18 de septiembre de 2005, actuó en el Coso de Insurgentes, en México, la plaza más grande del mundo, cumpliendo así uno de los más caros sueños de todo novillero.
Ha tenido muchos triunfos en otras plazas como la de Riobamba, donde indultó un novillo de la Ensenada el 10 de noviembre de 2006 y en la feria 2007 donde cortó dos orejas.
José Antonio, ha toreado este último año en prestigiosas plazas de México y en la preferia de Quito 2009. El estará presente el día 13 de febrero en la Feria Nuestra Señora de la Merced en Ambato con novillos de La Concepción.

jueves, 21 de enero de 2010

FERIA DE AMBATO 2010



Fuente: Jorge García/ O y T
En un sobrio pero emotivo acto, ante unas cien personas que coparon el salón del Hotel Ambato, se realizó el lanzamiento de la feria taurina “Nuestra Señora de la Merced”, que se desarrollará los días 13, 14 y 15 del próximo mes de febrero, durante la realización de la feria de la localidad, llamada de “Las Flores y las Frutas”, en esta acogedora ciudad, ubicada a 120 kilómetros al sur centro de la ciudad de Quito.

De acuerdo con los carteles presentados, actuarán un novillero y dos matadores de toros españoles y, dos novilleros y cuatro matadores de toros ecuatorianos.
Los carteles son los siguientes:

El primer día, sábado 13 de febrero, a las 18h00 (hora de Ecuador), se lidiarán novillos de la ganadería de La Concepción, de propiedad de Don Marcelo Herdoíza Guerrero de procedencia Baltazar Ibán Valdéz, para el español Javier Cortés y los nacionales José Antonio Benítez y José Luis Cortez “El Hacha”.

El domingo 14, a las 15h00 (hora de Ecuador), se lidiarán toros de la ganadería de Campo Bravo, de propiedad de Don Luis Fernando García, de procedencia Baltazar Ibán Valdéz, para el diestro español Diego Urdiales y los nacionales, Juan Francisco Hinojosa y Martín Campuzano.

Y, el lunes 15, a las 15h00 (hora de Ecuador), se lidiarán astados de Mirafuente, de propiedad de los Hermanos Juan Fernando y Pablo Salazar Egas, de procedencia El Torreón y Campillones; y, de Triana, de propiedad de Don José Luis Cobo Terán, de procedencia Juan Pedro Domecq y Jandilla, para el español Miguel Abellán y, los nacionales, Juan José Robalino y Álvaro Samper.

Bien estructurados los carteles, de acuerdo con el criterio de varios de los aficionados, asistentes al lanzamiento de esta feria taurina, para comenzar el año 2010.

jueves, 14 de enero de 2010

Acerca de Juan José Robalino


Juan José Robalino, nacido el 27 de mayo de 1976 en Ambato, empieza su vida taurina a los 9 años de edad en tentaderos y cortijos de su provincia, dando sus primeros pasos en el mundo taurino.
Posteriormente ingresó a la escuela taurina de Quito, institución en la que llegó a ser uno de los más destacados alumnos, luego debate en una novillada picada en el coso de Iñaquito. En agosto de 1995 con la ganadería Paluguillo.
Fue calificado por la prensa como el que mejor toreó, de capa, con elegancia y tranquilidad.
Tiene plantaje, tranquilidad y sabe estar en la cara del toro lo que le sirve como carta de presentación para diferentes eventos taurinos en toda la geografía nacional, alternando con toreros nacionales y extranjeros hasta el día de su alternativa, siendo su padrino Rodrigo Marín, Matador de toros ecuatoriano y como testigo Jorge de Jesús (El Glison) Matador de toros mexicano en la plaza (La Candelaria) en la ciudad de Ibarra.
De ahí en adelante ha sumado varios eventos a nivel nacional, en septiembre de 2007 viaja a México, en donde hace muy buena amistad con el matador de toros mexicano Antonio Urrutia y el maestro Beto Cosío, quien con sus consejos y experiencia guía sus entrenamientos para perfeccionar se técnica
Exitoso empresario y propietario de una de las mejores plazas portátiles de Ecuador (La Andaluza).

jueves, 7 de enero de 2010

La Fiesta: ecología, pasión y muerte


El francés Francis Wolff debatirá en el Parlamento catalán a favor de los toros

Un día, un periodista me preguntó si la corrida era de derechas o de izquierdas. Había motivos para dudar: en Francia hay tantos aficionados de izquierdas como de derechas. Y la defensa de la tauromaquia es el único punto común político entre los cincuenta municipios que se han movilizado para que la UNESCO reconozca la Fiesta como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Yo respondí: «No más que la ópera, el flamenco, o el ciclismo, los toros no son de derechas o de izquierdas. Sin embargo, hay partidos ecologistas que deberían reconocer en la Fiesta sus propios valores. Por desgracia, estos partidos suelen estar teñidos de una ideología animalista muy poco ecológica, y llenos de militantes que ignoran la realidad de la vida del toro en el campo y de su muerte en el ruedo».
Ecosistema único

Los defensores de la corrida sí dirigen un combate ecologista. Primero, defienden una de las últimas formas de ganadería extensiva que existen en Europa, en la que cada animal dispone de entre una y tres hectáreas de territorio. Acabad con la corrida, y muchas de esas tierras hoy reservadas al toro de lidia se destinarán a una agricultura intensiva o industrial. Defienden un ecosistema único, la dehesa, que es una verdadera reserva de fauna y flora a imagen de los grandes parques naturales protegidos. También defienden la biodiversidad. El toro bravo constituye una variedad única de toro salvaje preservada gracias a las grandes ganaderías, y que quedaría condenada al matadero si se acabara con la Fiesta.
Es un caso único de ganadería que respeta casi todas las exigencias de la vida salvaje del animal (territorio, alimentación, etc) precisamente porque es necesario, en vista del futuro combate, preservar su instinto natural de agresividad y de desconfianza hacia todo intruso, en particular el hombre. El toro de combate es el único animal doméstico que para satisfacer las finalidades humanas para las que ha sido criado necesita que no se le domestique. Ha de ser criado lo más «naturalmente» posible – pues de no ser así, su combate en la arena sería imposible y la corrida perdería su sentido-.
Condena del animal

¿Existe espectáculo o arte más ecológico que la Fiesta? Seguramente no. Pero resulta que muchos ecologistas «olvidan» sus valores para adoptar valores animalistas opuestos. Defender la biodiversidad, el equilibrio de las especies y de los ecosistemas no tiene nada que ver con el hecho de ocuparse del destino individual de tal animal. No se puede salvar la especie «leopardo» y preocuparse del sino individual de las gacelas. Hay que elegir. Para salvar el toro de lidia como especie, hay que sacrificar algunos ejemplares destinados a la arena más que al matadero. Resulta paradójico que para salvar a unos ejemplares haya que condenar toda la especie, tornada inútil, al matadero. Pero ¿no podemos compadecernos de la suerte de los animales? Por supuesto. Debemos devolver a nuestros perros y gatos el afecto que nos profesan; una especie de contrato moral afectivo nos une a estos animales de compañía, y claro que resulta cruel pegar a su perro o inmoral abandonarle en el área de servicio de una autopista. Con los animales domésticos, tenemos otro tipo de contrato moral: nos dan lana, cuero o carne, a cambio de nuestra protección, una alimentación adaptada y condiciones de vida decentes. Resulta cruel criarles masivamente y reducirles a máquinas de carne. ¿Y con los toros bravos? Otro tipo de contrato nos une a ellos: respetar su bravura mientras viven y hasta en la muerte. Por tanto, es moral criarlos de acuerdo a su naturaleza brava (libre, insumisa y rebelde) y sacrificarlos en un combate que les da sentido, importancia, gravedad; un cara a cara que respeta su naturaleza brava, y durante el cual el hombre arriesga su propia vida a la altura del respeto que éste tiene por la vida de su adversario. ¿No es eso más moral que la contención forzada y el sórdido silencio de un matadero?

Que no guste la corrida por una cuestión de sensibilidad personal, es comprensible: todas las sensibilidades son respetables. A quienes lo ignoran todo sobre la corrida, las condiciones de vida o de muerte del toro, la ética del combate y su estética, a todos los que se imaginan un espectáculo cruel y sanguinario, sólo hay que aconsejarles que visiten algunas ganaderías o asistan a algunas tardes heroicas y grandiosas. Verán la comunión espiritual que rodea a este espectáculo desgarrador y sublime. Y si prefieren mantenerse alejados de los toros y conservar sus prejuicios, son libres, a condición de que su ignorancia no les haga intolerantes con quienes no piensan ni sienten como ellos. Pero que algunos se atrevan a calificar de «tortura» el peligroso enfrentamiento del ruedo, donde el hombre arriesga su vida en cada instante, eso es una cuestión de mala fe. Es un insulto a todos los torturados de la tierra. Es querer invertir el sentido de las palabras: torturar es, sin correr ningún peligro, hacer sufrir a un adversario al que se ha dejado indefenso, mientras que lidiar un toro, consiste en que el animal pueda en todo momento atacar libremente a su oponente al que puede herir en cada instante, un animal cuya bravura y peligro se acrecientan según transcurre el combate.

Si fuera un buey, no dejaría de huir (y eso sí sería tortura) y entonces no habría corrida; si el toro fuera realmente torturado, huiría en lugar de redoblar esfuerzos y seguir luchando. Hablar de tortura para referirse a la corrida es atacar a todas esas actividades, sin embargo bien pacíficas, que implican la muerte de un animal, como la pesca con caña. ¿Se puede llamar torturadores a esos pescadores domingueros? ¡Los aficionados no disfrutan con las heridas del animal! Admiran la inteligencia del hombre, la bravura del animal, el valor de los combatientes, la transformación de una fuerza bruta en obra humana.

Los autoproclamados defensores de los animales, que se arrogan el monopolio de la moral y de los buenos sentimientos, como si nosotros, los aficionados, fuéramos insensibles e inmorales, todos esos animalistas, se compadecen quizá de los sufrimientos de algunos, pero ¿quieren de verdad a los animales por lo que son, lo que hacen y lo que encarnan? ¿Aceptan la animalidad en toda su diversidad o lo que quieren es reducirla al fantasma de amables animalillos de dibujos animados de Walt Disney? Quien ama a los toros sabe que para ellos el peor de los males es el estrés que conlleva el confinamiento más que el «dolor», anestesiado por el combate y transformado en combatividad: el soldado –¡o el torero!– olvida sus heridas en el ardor de la batalla, son absorbidas por la acción y transformadas en actos.
Sinceridad

Seamos generosos y supongamos que todo el mundo es sincero, tanto los aficionados como los antitaurinos. Admitamos que todos aman al toro y quieren defenderlo. Unos ven en él un héroe que lucha, los otros una víctima a la que se mata. Pero eso sería imposible, tanto para unos como para otros, sin una dosis de identificación. Tratemos entonces de responder con franqueza. ¿Qué preferiríamos si nos tuviéramos que poner «en el lugar» del animal? ¿Una vida de buey de campo encadenado que se acaba pasivamente en el matadero o una vida de toro en libertad que se prolonga en veinte minutos de combate valiente? Quizá algunos duden… Si dudáis, no denigréis a quienes prefieren la vida y la lucha del toro bravo, a quienes piensan que su suerte es una de las más envidiables de todas las especies animales que el hombre se ha apropiado para satisfacer sus fines y que pueblan su imaginación. No sentenciéis a muerte la corrida ni los toros de combate, respetad a quienes los aman.

*Catedrático de Filosofía de la Universidad de París