martes, 9 de marzo de 2010

La Fiesta Brava


POR: Jorge Raúl Nacif
TVA.COM.MX
Fotografía: Alberto Suárez

La Fiesta de los Toros es uno de los espectáculos más antiguos de la humanidad, ya que sus primeros antecedentes datan de la antigua Grecia, concretamente en la isla de Creta. Ya desde ese momento, hubo muchos detractores a este juego con la muerte, que se convirtió en danza. Los que están en contra de la fiesta, dan dos argumentos principales: que se “tortura” al toro con los puyazos y banderillas, y claro, que la res es muerta en el ruedo.

Sin embargo creo que los opositores no entienden en lo más mínimo lo que es el toreo. Se fijan mucho en los accidentes, pero no en la esencia. El toreo es, ante todo, un arte, pues como todo arte posee dos características fundamentales: la estética y la técnica.

Si bien es cierto que el arte es un concepto un tanto subjetivo, casi siempre cumple con estos dos elementos. Pero el arte del toreo tiene algo más: el peligro. Decía David Silveti que el don más generoso que un artista puede dar, es que en aras de su obra ponga en juego la vida, y es que el torero sin duda deja en prenda su vida misma.

El toreo no es toreo porque se pique y banderillee a los toros, sino porque el torero, provisto de muleta o capote, domina las temperamentales embestidas de un animal con sangre brava y crea belleza, ritmo y plasticidad, eso es lo que gusta. Si lo que gustara fuera la sangre y las heridas de toro, o su misma muerte, en todas las corridas el aficionado saldría feliz, pero no es así y hay tardeas aciagas sin triunfo. Por eso no entiendo a la gente que ha dicho que somos sádicos, o preguntan el porqué vamos a ver ese salvajismo, repito, el taurino no va a ver la sangre o la muerte del toro, no, va a ver belleza y temple.

Para los que no sepan, los puyazos que dan los picadores tienen un objetivo claro. Sirve para descongestionar al toro, y mientras sangra, se va purificando.

El toro produce en demasía esta sustancia porque está tenso desde que lo sacaron de su habitat para llevarlo a la plaza. Lo mismo sucede con los puercos o las reses que llevan al matadero para que todos consumamos su carne, pero como no se descongestionan, muchas veces nos enfermamos por comerlos y ni sabemos por qué. Las banderillas sirven, además de adorno para el morillo, como medio se reavivar la bravura del toro, visiblemente calmado con el puyazo.

La muerte del toro en el ruedo es la culminación de una obra, como toda vida termina en la muerte, la única certeza que tenemos siempre. Igual mueren otros animales para alimentar al hombre, y son tratados mucho peor que los toros de lidia: llegan al matadero en un camión de mucho menos capacidad, asfixiándose, uno encima de otro. Y no los matan higiénicamente, sino aquí si, de autentico desangre.

Yo pregunto, ¿eso si es cruel, o no? En el ruedo, el toro muere peleando por su vida, y cumpliendo con su objetivo de vida y crianza, que es el ser lidiado. Si se crían gallinas para hacer caldos, igual se crían toros para ser lidiados.

Lo anterior es importante, pues la raza del bello toro de lidia existe por que hay corridas, si no las hubiera sería una especie extinta. Los ganaderos de bravo son los verdaderos ecologistas y gracias a ellos el toro está en equilibrio ambiental en su entorno. Lo que importa en el mundo animal no son los individuos, sino la especie (esa es una de las tantas diferencias que hay entre animales y hombres), y la especie del toro bravo va en ascenso cada vez más.

Finalmente se habla de los derechos de los animales, bueno, esto se oye bien pero es una falacia. Los animales no tiene derechos, el termino de derecho es un concepto meramente humano, existen derechos porque existen seres humanos, ya que la dignidad humana deriva de que el hombre es fin, es decir, tiene fundamento en sí mismo.

El animal no puede tener derechos porque, como animal que es, su razón en la existencia es el de servir como medio a los hombres, medios para que el hombre viva mejor, ya sea que sirvan como alimentos, transporte o para la investigación científica; los animales están en un nivel inferior, en la escala biológica están por debajo, pero también en las escalas metafísicas. Por ello, importa la especie, no el individuo, ya que la especie garantiza el equilibrio ambiental y el recurso para los hombres. Se dice que hay que cuidar a los animales, y vaya que al toro se le cuida.

Por eso, lo importante en una sociedad es garantizar los derechos de los hombres, y luchar en serio para terminar con la pobreza, el hambre y la injusticia. Esos sí son problemas y crueldades, nos estamos matando entre hombres supuestamente racionales. Y todavía hay quien dice que los toros son malos…

Olé...

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