por: Francis Wolff
Razón 1: Las corridas de toros no tienen como objetivo hacer sufrir a un animal.
La tortura tiene como objetivo hacer sufrir. Que las corridas de toros implique la muerte del toro y consecuentemente sus heridas forma parte innegablemente de su definición. Pero esto no significa que el sufrimiento del toro sea el objetivo – de hecho no más que la pesca con caña, la caza deportiva, el consumo de langosta, el sacrificio del cordero en la fiesta grande musulmana o en cualquier otro rito religioso.
Estas prácticas no tienen como objetivo hacer sufrir a un animal, aunque puedan tener ese efecto. Si se prohíbe todas las actividades humanas que pudieran tener como afecto el sufrimiento de un animal, habría que prohibir un importante número de ritos religiosos, de actividades de ocio, y hasta de prácticas gastronómicas, incluyendo el consumo normal del pescado y carne, que implica generalmente estrés dolor e incomodidad para las especies afectadas. Las corridas de toros no son más tortura que la pesca con caña. Se pescan los peces por desafío, diversión, pasión y para comérselos. Se torean los toros por desafío, pasión y para comérselos.
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