jueves, 3 de diciembre de 2009

Quinta de Feria: Adame y Campuzano triunfan en el festival de Quito

Por: David Izurieta
Triunfal ha resultado el festival que marca el ecuador de la Feria 2009. Joselito Adame y Martín Campuzano han salido en hombros tras desorejar a los mejores novillos del encierro. El Juli, Castella y Diego Rivas también “tocaron pelo” con actuaciones de distinto tono. Álvaro Montes realizó una buena labor, aseada y de corrección en las suertes, mas no terminó de conectar con los tendidos.

Feria de Quito “Jesús del Gran Poder”. 2 de diciembre de 2009. 4ª de abono. Festival de Feria. Lleno en tarde de clima variable. Se han lidiado novillos de Huagrahuasi (4º), Triana (2º y 3º), Mirafuente (5º) y Vistahermosa (1º y 6º). Destacaron el quinto, “Apasionado”, aplaudido en el arrastre y el sexto “Sopladito”, premiado con la vuelta al ruedo. Álvaro Montes, ovación con saludos. El Juli, oreja. Sebastián Castella, oreja. Diego Rivas, oreja. Joselito Adame, dos orejas.

Martín Campuzano, dos orejas. Destacaron en banderillas “El Patatas” y “El Bille” así como Gabriel Casa en la brega.

Entretenido y triunfal ha resultado el festival benéfico que marca la mitad del abono quiteño. Las ganancias del mismo irán para obras sociales en una comunidad indígena de la serranía ecuatoriana. Varios pasajes de buen toreo han brindado los matadores actuantes, gracias en gran medida al buen juego en línea general de los novillos. De destacar la labor de José María Morán en el palco, presidiendo con mucho acierto el festejo, que en más de una ocasión pudo írsele de las manos.

Abrió plaza el rejoneador Álvaro Montes y tuvo que hacerle frente a “Esmerado” de Vistahermosa, novillo de 420 kilos, novillo de poca movilidad y transmisión. Montes colocó tres rejones de castigo que en algo despertaron a su oponente. Hizo gala el caballero de Jaén de la misma doma depurada que demostró en su primera actuación, mas ya dentro del rejoneo se pudieron ver más cosas interesantes, pues el novillo algo se movió. Colocó varias banderillas en buen sitio, al violín y hasta cuatro cortas, eso si, sin llegar como acostumbra a los tendidos. El novillo llegó muy parado al final de la faena y Montes se acercó mucho para dejar un rejón trasero que fue suficiente para terminar con el de Vistahermosa. Ovación con saludos.

Volvía a Quito El Juli, en la primera de tres comparecencias en Iñaquito. Y el de Velilla anduvo en maestro del toreo, a pesar de la poca colaboración que le prestó “Marqués” de Triana con 397 kilos de peso. Animal muy noble pero sin fuerza. Se gustó Julián en el toreo a la verónica y en un ajustado quite por chicuelinas. Con la muleta planteó una faena de mucho temple por ambos pitones, siempre a favor del toro. Preciso el torero en los tiempos y distancias para cada cite, dándole recorrido al bovino y pudiéndole en todo momento. Faena de dos orejas pero que quedó solo en una por la mala colocación del estoque.

Hacia el paseíllo Sebastián Castella en remplazo de Morante de la Puebla. Así pues se cambió la elegancia campera del sevillano por el look fashion del francés, quien prefiere un traje sastre de calle para los festivales. Cuestión de gustos, mismos con los que este servidor no comulga. El simbolismo y la elegancia del traje corto son enormes. Lleva un contenido ritual muy grande, pues enlaza el mundo campero, pilar de la Fiesta, con el de la plaza. Algunos monstruos del toreo antiguo lo consideraban “traje de gala” del torero. Pero con el tiempo que vivimos… Decir que Castella también estuvo a gran nivel mientras “Osequiado” de Triana, de 434 kilos le obsequió su poca fuerza. Muy despacio toreo el de Beziers a la verónica, bajando las manos con buen gusto. Ya con la muleta pudo recrearse en tres series, muy templadas y ligadas por el pitón derecho. Al intentar el toreo al natural fue volteado de mala manera y la faena se fue a menos. Estocada entera en el sitio y una oreja a ley.

El cuarto de la tarde, “Mariposillo” de Huagrahuasi, con 361 kilos en bascula, correspondió al coleta nacional Diego Rivas. No hubo toreo de capote y con la muleta muchas intermitencias. Mejor estuvo Diego en el toreo accesorio que en lo fundamental, despertando el nacionalismo en los tendidos que jalearon en todo momento la actuación del latacungueño. Hasta los enganchones y el echar la “pata para atrás” tuvieron su respuesta festiva de parte del público. Media bastante delantera, casi pescuecera y oreja para Rivas, quien en pocas horas enfrentará la tarde de mayor compromiso de su carrera, compartiendo cartel con Luis Francisco Esplá y con José Tomás. Por el bien del torero ecuatoriano, deseo que lo de hoy haya sido solo un calentamiento.

“No hay quinto malo” dice el aficionado y esta vez tuvo razón. “Apasionado” de Mirafuente de 410 kilos fue un novillo de gran calidad, encastado y repetidor. Se deleitó Joselito Adame, vestido con el traje de charro típico de varios toreros mexicanos, en un ceñido quite por chicuelinas. Con las banderillas hubo más voluntad que acierto. Para destacar un providencial quite de Gabriel Casa al salir el azteca del segundo par. Empezó la faena y Adame pudo dominar la que en principio fue una embestida algo tosca. Lo hizo a base de mucho temple y paciencia, metiendo al de Mirafuente en su muleta. Una vez dominado el burel, se prestó para una faena aseada y ligada por los dos pitones. Muy inteligente Joselito pues supo ver cuando el toro pedía la muerte, sin dejarse llevar por los gritos destemplados de quienes pedían que siga toreando. Mató de una gran estocada entera que derribó al novillo sin puntilla. Palmas en el arrastre y las dos orejas, a ley, para el mexicano.

Cerró plaza Martín Campuzano ante “Sopladito” de Vistahermosa, precioso novillo, jabonero sucio, de 377 kilos. Oponente de clase y nobleza con el que Campuzano se vio desbordado por momentos, aunque también aprovechó el buen fondo del novillo en varias tandas que se vieron algo emborronadas por el toreo “sobre pies” del compatriota, quien tapó los defectos a base de voluntad y valor, llegando a ser arrollado por el novillo al intentar un pase por la derecha, se levantó Martín y a pesar de tener un puntazo en la pierna volvió a la cara del toro para continuar su labor en idéntico tono que ya describí. Brotó nuevamente el nacionalismo en los tendidos y prácticamente de la nada empezó una fuerte petición de indulto para el novillo, algo absolutamente fuera del contexto. Un error grande pues la suerte de varas fue menos que una anécdota en esta faena y sin bien el toro tuvo mucha clase, nobleza y fondo, no hay que olvidar que es un festival, en la primera plaza del Ecuador y en Feria de Quito. Con muy buen criterio, José María Morán indicó al matador que vaya por el acero, a pesar de varios intentos de Campuzano por “vender” el indulto a un público que perdió los papeles y abroncó injustamente al palco. Finalmente dejó una estocada algo delantera que fue suficiente. Vuelta al ruedo merecida para el pupilo de Vistahermosa y dos orejas a las ganas y el esfuerzo de Campuzano.

No quiero terminar estas líneas sin mencionar a Miguel Ángel Rivas, puntillero de la plaza de Cali contratado por CITOTUSA para esta feria. Cierto es que puede ser tomado como un personaje de segunda fila en la Fiesta, pero la labor del colombiano ha sido impecable durante los cinco días que llevamos de feria. Bien saben los aficionados que en años anteriores los puntilleros hicieron pasar muy malos ratos a los aficionados e inclusive a muchos toreros, privándoles en muchos casos de meritorios trofeos, a causa de su mala e imprecisa labor. Da gusto ver que este puntillero trabaja con eficiencia, prontitud y hasta elegancia. Una gran y necesaria contratación la de la empresa.

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