lunes, 8 de junio de 2009

Aficionados Prácticos en la Fiesta Taurina

La fiesta brava no es un deporte o un pasa tiempo ideado por el hombre, es un arte, una expresión, una manifestación del espritu del hombre de occidente, de la cultura mediterránea, es como dira don Miguel de Unamuno: una vieja y milenaria amistad entre el hombre y el toro..
El toreo naci, primero entre los señores "de a caballo" y después con los mozos "de a pi", como bien lo apunta el maestro Pepe Alameda en su amenaobra "La pantorrilla de Florinda o el Orgen Blico del Toreo" y tiene lugar por la larga invasión mora (ocho cientos años) a la península española, cuando la defensa más importante en esa lucha era la caballera, quien en sus largos trances de inactividad en el frente, se ejercitaban cazando y lanceando toros bravos, (sólo en la penísula ibrica se conservaron los toros bravos, porque en el resto de Europa se extinguieron), ejercicios que después sirvieron como entretenimiento y lucimiento de los caballeros en las fiestas patronales o reales, participando a caballo principes y señores de la realeza y a pi con sus capas sus mozos de estribo y posteriormente los aficionados del pueblo.
Como se advierte, la fiesta taurina nace y se refugia en los aficionados que practican el toreo por pasión, sin interés económico alguno, arrojando su integridad física y en ocasiones hasta la muerte, por el solo placer de hacer arte y vibrar por la emoción de sentir y vivir muy de cerca la muerte, en un ritual nico, luminoso y fascinante.
El espectáculo taurino, en las postrimeras del XVI adquiere su faceta profesional con toreros que son requeridos por los empresarios para lidiar en forma toros bravos en las plazas de la península y posteriormente enforma ordenada y reglamentada a partir de Francisco Arjona alias "Cuchares" en el siglo XVIII, generando con ello riqueza para muchos sectores de las comunidades, como los propios toreros, los empresarios, ganaderos, publicistas, etctera.
Gracias a la fiesta brava profesional, hizo posible la preservación del toro de lidia hasta el da de hoy, pues en el resto de Europa, Asia y Africa, donde no existió ni existe el toreo, se extinguió por la domesticación y el mestizaje con otras razas de bovinos.
Sin embargo, la fiesta taurina, en pocas de crisis, como la que hoy se vive en nuestro país, y de la que no se ve salida en el mediano y largo plazo, toda proporción guardada con el espectáculo profesional, con los aficionados prácticos contina viviendo y refugindose en los cortijos y en los tentaderos en festivales benéficos o de asistencia social.
Por ello, se explica el porqué y para qué, siguen en todas las latitudes del mundo de los toros, los aficionados prácticos como guardianes ocustodios de las más bellas tradiciones del arte del toreo.

Monterrey, N. L.Junio de 2008
HECTOR FRANCISCO NAVARRO GONZALEZ

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