viernes, 28 de noviembre de 2008

Embisten a los toros/ Pablo Ortiz

Por Pablo Ortiz Garcia
El Comercio, 28 de noviembre de 2008

Ahora el ataque es a las corridas de los toros. Ya en Montecristi, cuando se elaboraba la Constitución, un grupo minúsculo de personas intentó incorporar como norma constitucional la prohibición de organizar corridas de toros en Ecuador. ‘Enhorabuena’ ello no ocurrió, pero la minoría de enemigos de la fiesta brava sigue embistiendo, pero no con la nobleza de los toros de lidia, es decir, de frente. Esta gente está ‘colándose’, en términos taurinos.La lidia de reses bravas “posee una geometría, filosofía, y culturas propias”. Ha tenido tanta trascendencia en los humanos que ha inspirado a pintores (Picasso, Viteri) y escritores (Hemingway). Pero no solo a artistas, sino también a los más variados públicos. En las corridas de toros no se mata al animal como se lo hace en el camal. Muere el astado dando combate, peleando en buena lid, en una plaza en la que la bestia pone el instinto y la fuerza, y el hombre, la inteligencia y la audacia. ¿Pero quién tiene derecho a matar a ese toro? Solo aquellos corajudos que ponen en juego su vida.“La corrida, como su propio nombre lo indica, consiste en dejar al toro correr, atacar, embestir”, según el filósofo francés Wolff. En el ruedo la naturaleza de estos animales se expresa por partida doble: durante su vida y en su muerte. La tauromaquia es definida como el “arte de lidiar toros”. Es un arte, que pocos tienen el valor y destreza para hacerlo, y cuando lo hacen bien, ¡olé! El toro de lidia es “el destinado a ser matado en el redondel”, no en el matadero, donde no tiene cómo defenderse.Ante este espectáculo protagonizado por un hombre preparado para jugar con su vida, y un toro nacido para embestir y morir, el Conartel resolvió, por pedido de un grupúsculo de gente enemiga de las corridas, suspender la transmisión por televisión de la fiesta brava. Las libertades de información y cultura consagradas en la Constitución empiezan a ser eliminadas. Si se hace caso a unos pocos que protestan, ¿por qué no se oye a los muchos que gustan de los toros? Si se preocupan de las reses de lidia, ¿qué dicen del sufrimiento diario de las gallinas ponedoras de huevos?También se piensa prohibir el ingreso de menores de edad a un espectáculo de arte y conocimientos. Algo que está dentro de la cultura de nuestro pueblo. Ante este despropósito, ¿no está previsto en la Constitución, que son los padres los primeros educadores de sus hijos? Si quienes tienen la patria potestad autorizan que vayan a las corridas, no pueden impedirlo autoridades administrativas, como un Intendente de Policía o el Defensor del Pueblo.Esto de la revolución ciudadana está conduciendo, entre otras cosas, a que cierto tipo de arte y cultura desaparezca, porque no son del agrado de alguien o porque no son entendidas.

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