domingo, 6 de enero de 2008

Plegaria / Mons. Luis Alberto Luna Tobar


Mons. Luis Alberto Luna Tobar

Señor, Providencia de toda hora y arte de siempre, el maletilla y el maestro, espontáneo y el lidiado, quisieron dibujar en la arena, entre la necesidad y el coraje, una faena de lidia que le dé pan y les abra esperanzas de gloria.

No dejes que la arena se humedezca de sangre estéril.

No dejes que en los pitones se vaya ni un hilo de seda ni un torrente de vida.

No dejes que el grito frenético de los espectadores obnubile la mirada, entibie la ardentía del coraje íntimo, debilite el pulso que mantiene la mano que quiere bordar en los cielos un nombre valiente.

Señor, Providencia de toda hora, lanza tu capote sobre las astas o al vuelo de la arrancada insegura, para que el hombre domine a la bestia y el arte se ennoblezca sobre el instinto.

Señor, Arte de siempre, hazle un quite a la vanidad, al orgullo y enséñanos a recibir la vida a cuerpo limpio y sortear el destino con lidia natural.

Así sea.

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