viernes, 17 de abril de 2009

El coloquio La fiesta de los toros: Sevilla

Declaración final:
Nosotros, profesionales, investigadores y escritores de los ocho países de América y
Europa con tradición taurina, participantes en el coloquio La Fiesta de los toros: un
patrimonio inmaterial compartido, que acaba de celebrarse, a iniciativa de la Unión
Latina y con el apoyo de la Junta de Andalucía, en el marco incomparable de la Real
Maestranza de Caballería de Sevilla, declaramos:

- Que la Fiesta de los toros, cuya expresión moderna se cristaliza en la
Península Ibérica al final del siglo XVIII, y de manera especial en Andalucía,
saca sus raíces de un fondo milenario de la cultura mediterránea heredada
por los pueblos latinos, en la cual el enfrentamiento entre el hombre y el toro,
y su interpretación simbólica, han dado lugar a un sinfín de mitos, de
celebraciones y de obras de arte.

- Que esta Fiesta, en sus diferentes interpretaciones, refleja la sensibilidad
específica de cada uno de los pueblos y comunidades que la comparten, pero
expresa al mismo tiempo, en el aspecto ético y cultural, los valores
fundamentales del hombre latino y su manera de enfrentarse con la vida, con
la muerte y con lo efímero.

- Que la tauromaquia está basada en el respeto que los ganaderos, toreros y
aficionados sienten por el toro durante su lidia y durante su cría en
condiciones óptimas de libertad, en unos espacios preservados que
constituyen una reserva ecológica insustituible para la fauna salvaje y la flora,
y que mantienen numerosas tradiciones y oficios de campo.

- Que la Fiesta de los toros, en definitiva, constituye un patrimonio cultural
inmaterial reuniendo todos los criterios especificados, en su artículo 2, por la
Convención para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, firmada en
la UNESCO el 17 de octubre de 2003, que se aplica a los ámbitos de las
tradiciones y expresiones orales, de las artes del espectáculo, de las
actividades rituales y festivas, de las prácticas en relación con la naturaleza,
de los oficios y artesanías tradicionales.

- Que la protección de cualquier expresión del patrimonio inmaterial condiciona
la diversidad cultural y garantiza el desarrollo sostenible, como lo declara el
texto de esta convención en su primer considerando; que por otra parte la
promoción de la diversidad de las expresiones culturales ha sido objeto de
una convención firmada en 2005 por el conjunto de los estados representados
en la UNESCO, con el fin de evitar, dentro de los límites marcados por la
Declaración universal de los derechos humanos, los efectos negativos de la
globalización.
En consecuencia recomendamos a las autoridades competentes de nuestros
respectivos países que adopten todas las medidas necesarias para la protección y la
promoción de la Fiesta de los toros y para su reconocimiento como patrimonio
cultural inmaterial a nivel regional, nacional y mundial.
Felicitamos a la Unión Latina por la organización de este coloquio, a la Junta de
Andalucía por el apoyo brindado a este encuentro y, de manera más general, por su
compromiso en la promoción de nuestra Fiesta, y a la Real Maestranza de
Caballería de Sevilla por su espléndida acogida. Agradecemos a todas las
instituciones y organismos por su colaboración y apoyo.
Adherimos a la Declaración del Foro Mundial de Cultura Taurina, celebrado en
Terceira a principios de este año, y apoyamos todas las iniciativas emprendidas por
organismos y asociaciones en nuestros ocho países para la defensa y promoción de
la Fiesta de los toros. Nos comprometemos a establecer una permanente
coordinación y solidaridad para mantener vivo este patrimonio inmaterial compartido
del mundo latino.
Sevilla, 16 de abril de 2009
Fuente: unilat.org

lunes, 13 de abril de 2009


Herradero: Inédita Jornada Campera a 3700 metros de altitud

Por: David Izurieta
detorosenlibertad.com

Como parte de la labor que Somos Ecuador viene realizando en defensa y promoción de la Fiesta, el pasado sábado 4 de abril se organizó una jornada campera en la hacienda “Peñas Blancas” donde pastan los toros de las ganaderías de Santa Coloma y Peñas Blancas (procedencia Garcigrande), con el objetivo de presenciar de cerca todo lo referente al manejo de una ganadería de bravo, particularmente el herradero de las reses. ¡Y nos fuimos de herradero!
Hablar de lo ocurrido el pasado sábado resulta difícil. Continuamente se ven reportajes, tanto en prensa escrita como en televisión, que quieren acercar al mundo campero. Pero vivirlo de cerca es una experiencia incomparable. A mi juicio, una experiencia que todo taurino debe de vivir en persona, pues es en el campo donde nace y se forja el elemento principal de la Fiesta: el toro bravo. Es pues un fundamento primordial para crear y reforzar la afición hacia la Mejor de las Fiestas. Bajo esta premisa, el ganadero Cristóbal Roldán nos abrió las puertas de “Peñas Blancas”, hacienda ubicada cerca de Pifo (sureste de Quito). Ahí, a 3.700 metros de altitud, pastan los dos hierros de la familia Roldán. Y ahí acudimos alrededor de 150 personas para ser parte de una jornada inolvidable.

“Variopinta” fue la asistencia. Desde profesionales del toro, peñistas, periodistas, hasta los más neófitos aficionados. Gran cantidad de niños y muchos no tan niños que admitían que aquel era su primer contacto con el toro bravo. Se echó de menos a algunos amigos, particularmente periodistas. Tan solo asistimos cuatro, incluyendo a este servidor. Lo novedoso de este acontecimiento ameritaba una mayor cobertura de la prensa especializada, pero en fin, los que faltaron tendrán sus motivos. Decirles desde estas líneas que se perdieron de una muy bonita jornada.

El herradero constituye el “bautizo” del toro bravo y es una parte muy especial dentro de su crianza. En mi opinión, lleva un contenido ritual y simbólico muy fuerte dentro de la vida ganadera. Porque el hierro no se borrará nunca y marcará para siempre la procedencia de ese toro o de esa vaca. Cuando el toro salga a la plaza, ese hierro marcado a fuego, será la identidad que el aficionado reconozca y, dependiendo de su comportamiento, será sinónimo de triunfo o fracaso para el ganadero. Cristóbal y su familia participan activamente dentro de esta y todas las actividades de la casa y sus oportunas indicaciones fueron una guía para entender no solo los procedimientos sino también los significados de este ritual campero.

Luego de presenciar y participar en el herradero, siempre bajo la dirección y cuidado del ganadero, tuvimos la oportunidad de conocer, a breves rasgos todo lo referente al manejo de una ganadería, además de las diferencias entre dos encastes distintos. Ver al toro en el campo es algo que no se explica fácilmente con palabras. Mucha gente ha dicho que el toro es el rey del campo. Yo prefiero decir que el toro en el campo está en “su” territorio. Un paisaje totalmente natural, no tocado por la mano del hombre donde el ganado bravo manda y el ser humano es un visitante pasajero. Ahí crece fuerte el toro de lidia, totalmente adaptado a la dureza del terreno, indiferente a nuestra presencia pero a momentos marcando con la mirada el límite hasta donde el hombre puede acercarse. ¡Ya quisieran los ecolgistoides que quieren destruir a la Fiesta poder tener un acercamiento a lo que es realmente la ecología! Pues la crianza del toro de lidia es fundamental para el sostenimiento de esta parte del páramo ecuatoriano. Bastará con decirles que gracias al toro pueden coexistir en libertad un sinnúmero de especies, muchas de ellas en peligro de extinción, una de ellas el cóndor andino, símbolo de nuestro país.

Después de este acercamiento al toro en el campo, nuestro anfitrión nos homenajeó con una comida y con una tienta a campo abierto. El matador Juan Francisco Hinojosa y el novillero Álvaro Samper, bajo la atenta dirección del ganadero, la llevaron a cabo, para luego brindar oportunidad a algunos “espontáneos” de lanzarse al enorme “ruedo”. Ahí vinieron los “pases de todas las marcas” – algunas de ellas desconocidas para quien escribe - acompañados de uno que otro desplante torero, por parte de quienes cumplieron el sueño de ser toreros aunque sea por cinco minutos.

Terminamos el día hermanados por haber compartido momentos realmente inolvidables. El objetivo de Somos Ecuador se cumplió con creces. Esto es lo que pide nuestra Fiesta en estos momentos: unión y conocimiento. Solo así podremos amarla y defenderla, derribando los pobres argumentos que algunos esgrimen en nuestra contra. Quedó la promesa de repetir este tipo de actividades y muchas más. La voluntad existe por parte de otros ganaderos.

Desde aquí mi agradecimiento sincero para “Botolo” Roldán y para toda su familia por la hospitalidad brindada. Al conocer su ganadería se refuerzan los principios de integridad que este ganadero siempre ha defendido. Gracias a él por haber dado el primer paso dentro de un conjunto de actividades muy importantes para la defensa de nuestra Fiesta. Ojala que experiencias así se repitan, no solo en el Ecuador sino en todos los países que son parte del Planeta de los Toros. Que Somos Ecuador sea una semilla y un ejemplo para todos nuestros países taurinos.
* Fotos de herradero: Alberto Suárez AFS

miércoles, 18 de marzo de 2009

Bitácora de América: Defensa y promoción de la fiesta: los casos de Venezuela, Ecuador y Perú


Por: Pedro Abad-Schuster (detorosenlibertad.com)
El objetivo común es orientar a la opinión publica en la defensa y promoción a ultranza del espectáculo taurino, a la luz del diagnostico de la realidad taurina (preocupaciones y frustraciones) de nuestros países. El “como hacerlo”, es a base de reunirse, sentarse a debatir y coordinar el desarrollo de actividades - conferencias, simposios, premiaciones - además de asistir y/o ver y estudiar corridas de toros.

En Venezuela y Ecuador se dan embates abiertos o solapados, de los gobiernos de turno, decididamente contrarios a la fiesta; por ello reaccionan auténticos taurinos, como el caso de los ecuatorianos y forman http://somosecuador.blogspot.com/ , presidida por Catalina Chiriboga, un ejemplo a seguir; son mil seiscientos adherentes voluntarios en una organización perfectamente blindada y organizada.
En Perú, luego de asistir al Foro Mundial de Cultura Taurina en Azores, el prestigioso taurino Raúl Aramburu Tizón plantea algo verdaderamente extraordinario, “ante una cada vez mas desfavorable confrontación que sin exagerar puede perfectamente herir de muerte al espectáculo taurino en nuestros países”. Y continúa el comunicador de televisión y critico taurino de los lunes en http://www.expreso.com.pe/:

“Esto requiere de renuncias (y de tragar sapos, por desagradable que sea) por lo que propongo que nosotros los periodistas Bartolomé Puiggros, Baldomero Cáceres, Magaly Zapata, Manuel González, Pablo Gómez de Barbieri, Raúl Aramburu Tizón - y cualquier otro cronista que quiera sumarse - dejemos de lado nuestras diferencias y nos sentemos a debatir sobre como defender y promover la fiesta. Es absolutamente necesario, se lo aseguro a la luz de lo que he podido ver en otros lados. Por ultimo, no es tanto drama, se pueden cambiar ideas civilizadamente si tenemos un objetivo común. Yo me encargo de organizarnos”.

La respuesta, luego de algunas semanas, ha motivado la Carta abierta de Raúl Aramburu a Bartolomé Puiggros, algo que podría ser un seguimiento de la anterior columna Bitácora de America: “La guerra de los lunes en la prensa taurina peruana”, y que necesariamente debe llevar a buen puerto, porque el interés personal de personas decentes y honorables es menor al interés por la defensa y promoción de la fiesta en el país.

“Carta abierta al cronista taurino de El Comercio señor Bartolomé Puiggros. Bartolomé, En la crónica que publicaste el lunes pasado 16 de marzo del 2009, haces mención a una convocatoria personal – y pública también, te recuerdo, en la edición de Expreso del pasado 2 de marzo – que he llevado a cabo mediante comunicaciones electrónicas a cada uno de los periodistas taurinos preocupado como estoy, y tú bien señalas, por la situación actual de la fiesta en nuestro país. Es cierto, estoy empeñado, por un simplísimo análisis de prioridades, en la necesidad urgente de reunir a los líderes de opinión de los diferentes medios para trazar objetivos comunes en vista de los riesgos a que está injustamente sometida la fiesta taurina en todo el orbe. Ello, acorde con lo que he podido observar en el exterior y por lo que a diario traen las noticias al respecto (y que todos conocemos pero percibimos lejanas aún del Perú)”.

“Te preguntas ¿Qué hay detrás de esto? Te lo diré claramente: mi sincero convencimiento que necesitamos unir esfuerzos contra el riesgo común, el de fuera, porque creo firmemente – con mea culpa incluído – que hemos perdido mucho tiempo en diferencias personales y desunión que no benefician a nadie, y por ello nos hemos despreocupado del que debería ser el objetivo de todos: defender la fiesta, nuestra fiesta. Eso, Bartolomé, es lo que hay detrás. Y nada ni nadie más. La vida me ha enseñado que nunca es tarde para corregir y que hay circunstancias que obligan, como las renuncias que exige el crear un bloque unido de quienes tenemos el deber de orientar a la opinión pública contra los gratuitos enemigos de la fiesta que sí están organizados (en todas partes), a dejar de lado los intereses propios en los que hemos estado imbuidos demasiado tiempo y buscar un interés común”.


“Es el caso de La Plataforma Taurina de Defensa de la Fiesta, que hace una gran labor. Es loable. Pero no creo que apoyarla o formar parte de ella nos inhiba, a los comunicadores, de nuestra parte de responsabilidad. En todo caso, debemos comprometernos en el firme objetivo de, por ejemplo, empujarla. O difundirla. O Integrarla. Por otro lado desde esta página he discrepado abiertamente – y probablemente, y felizmente añadiría, seguiremos discrepando – con tu forma de hacer periodismo taurino y de tu forma de ayuda a la fiesta en el Perú. Y si esa apasionada discrepancia alguna vez se excedió en sus juicios a tu labor periodística e invadió tu ámbito personal con una ofensa te pido, en este momento, públicas disculpas, las mismas que hago extensivas a todo aquel que se haya sentido ofendido por mis comentarios”.

“Creo e insisto en que el objetivo y el riesgo lo ameritan sobradamente, ya que parto de la premisa de establecer un nuevo ámbito de acción y una nueva etapa, donde los responsables –pasando por el debido respeto mutuo, mancillado últimamente sin necesidad (incluyo nuevamente el mea culpa) y la consideración debida por la opinión ajena – formemos un frente sólido en busca de horizontes que sobrepasen los intereses de cada uno. Y, repito, para ello la presencia de El Comercio es importante. Esa es, Bartolomé, y ninguna otra, la razón de la convocatoria. Espero que accedas, y contribuyas así a crear una nueva y monolítica etapa”.


miércoles, 28 de enero de 2009

Somos Ecuador. En defensa de la fiesta en año electoral


Por: David Izurieta (detorosenlibertad.com)

Pedro Abad-Schuster en su último artículo para este portal dio un panorama claro del contexto que vive la Fiesta Brava en Ecuador y Perú. La motivación para escribir, más cercanamente, acerca de la Fiesta en Ecuador viene dada por ser este 2009 un año particularmente delicado para el país, puesto que en abril se darán elecciones generales.

Bajo la coyuntura electorera la Fiesta todavía no ha sido tocada de forma directa por la mano de los políticos. Seguramente los candidatos a las distintas dignidades se dan cuenta de la fuerza popular que las corridas de toros tienen, no solo en Quito con su feria de diciembre, sino a lo largo y ancho del territorio ecuatoriano.

Dos ejemplos muy claros. El primero referente a Mocha, localidad de la serranía central que celebra una mini-feria de dos o tres festejos al año. Ahí no hay ganaderías de mayor renombre ni toreros extranjeros de primera línea. Lo que si hay es un público superior a las 20,000 personas, cantidad muy superior a la capacidad del estadio donde se arma la plaza portátil, teniendo los asistentes que presenciar las corridas y novilladas desde cerros cercanos a la misma. A Mocha “peregrinan” aficionados de todo el centro del país, convirtiendo a esta mini-feria en todo un acontecimiento de autentico sentir popular. El segundo, también referente al campo estadístico, tiene que ver con la asistencia que registra la Feria de Quito “Jesús del Gran Poder”. La denominada “Mejor Feria de América” registra nueve días de lleno en los tendidos. Esto significa una asistencia acumulada de aproximadamente 140,000 personas, cifra que relacionándola con “el deporte rey”, el fútbol, solo es patrimonio de la selección nacional y de un par de equipos de primera división. Este importante movimiento de gente, además de generar un sinnúmero de actividades comerciales y de contribuir fuertemente en el tema impuestos, debe ser visto -especialmente por los políticos- como una fuerza de cierto poder en las urnas.

Desde hace algún tiempo la Fiesta viene siendo atacada, concretamente desde sectores “ecologistas” y anti-españoles. Este ataque sordo, ciego y violento se da, curiosamente, únicamente en Quito y Guayaquil, descubriendo así su claro carácter publicitario y su falta de argumentos reales, pues los festejos taurinos se dan durante todo el año en Costa, Sierra y Amazonía del Ecuador. La pasada Feria de Quito se vio amenazada por dos prohibiciones gubernamentales, respecto a la entrada de menores de edad a los festejos taurinos y a la censura que cayó sobre las transmisiones de radio y televisión. La primera amenaza fue “lidiada y despachada” con éxito, mientras que todavía seguimos lidiando con la “mansa y descastada” censura mediática. Seguramente quienes promueven estas inconstitucionales e hipócritas acciones consideran erróneamente que los festejos taurinos son un espectáculo de minoría. Alguien me mostró alguna vez una foto donde media docena de personas protestaban airadamente contra las corridas en los exteriores de la plaza de Iñaquito, justo en el momento en que miles de personas salían de la plaza después de presenciar una corrida de feria. La imagen impacta por lo rotundo de la diferencia visual y además por la evidente contraposición de sentidos. En diciembre las Fiestas capitalinas giran alrededor de la Feria de Quito, desde que el visitante “se baja del avión”. Pero como esto no alcanza por si solo, los aficionados ecuatorianos ya hemos puesto manos a la obra.

Pedro se refirió a Somos Ecuador, un colectivo que ha logrado agrupar a todos los estamentos de la Fiesta ecuatoriana desde hace un par de años y que ha venido realizando una importante labor en defensa de la Fiesta. Desde artículos referentes a cultura taurina, pasando por la defensa de la Fiesta en la Asamblea Constituyente, hasta tertulias y conversatorios de análisis respecto a diversos temas de interés para la Fiesta. Según sus mentalizadores, Somos Ecuador es una organización horizontal, es decir que no tiene una jerarquización clásica. En ella confluyen empresarios, ganaderos, aficionados, periodistas, toreros, peñistas y demás personas relacionadas con el mundo taurino y lo hacen sin jerarquías pre-establecidas, sin cabezas figurativas, sin invitaciones personales ni formales. Este quizá sea el mayor merito de Somos Ecuador y la principal razón de su éxito: el abrir el espectro del mundo taurino más allá del hermetismo de las peñas y de las distintas agremiaciones “clásicas” del Mundo de los Toros, para acercarla al aficionado común. Por ejemplo, este 4 de abril nos iremos “de herradero” a la ganadería de Santa Coloma, en un acercamiento sin precedentes a una de las faenas camperas más importantes dentro de la crianza del toro bravo.

Quedan muchos temas dentro del contexto de la Fiesta Brava ecuatoriana. Los festejos, las ganaderías y los toreros. A manera de avance valga comunicar que Quito también tendrá su corrida del Domingo de Resurrección. Será un mano a mano, goyesco, entre Juan Francisco Hinojosa y Martín Campuzano, dos de los matadores más jóvenes y prometedores del Ecuador, quienes lidiarán toros de Triana y del Pilar en la Plaza Belmonte de la capital ecuatoriana. Sobre este y otros temas de interés esperamos seguir comentando en el futuro.

* foto (flickr.com/Manon)

domingo, 18 de enero de 2009

MI CUARTO A ESPADAS/ Agustín de Foxá


POR AGUSTíN DE FoxÁ

ABC, Madrid, 21 de Abril 1957

Los toros, como son un espectáculo tan imprevisto, tan maravillosamente absurdo, en un mundo racionalista de mataderos y frigoríficos, suscitan los más extraños comentarios de los niños y de los extranjeros, que son un poco niños por su ingenuidad y su asombro ante otras costumbres; como también los niños son un poco extranjeros, algo recién llegados, aun a su propia tierra.

Me contaron que una niña francesa, en las arenas de Nimes -buen enlace con el circo romano-, feminizando al toro y al torero y con una visión modisteril del traje oro y seda, del vuelo de la capa, y no comprendiendo la embestida, le dijo a su madre:

- La vaca quiere comerse la falda de la señora.

En Méjico, donde venden a la entrada de la plaza banderillas, estoques y pequeños trajes de torero, vi a los turistas americanos contemplando al ruedo a través de su "cine" de aficionados y leyendo un pequeño libro titulado Toros sin lágrimas, con el cual calmaban sus escrúpulos de miembros de la Sociedad Protectora de Animales.

Una señora alemana, racionalista, kantiana, le explicaba a otra compatriota que le preguntaba qué eran las picas. (Y no sabía la verdad de la definición).

-La pica -dijo- es una lanza con la que se mata al toro.

Me hablaron de un moro, que hace años asistía a una corrida en la plaza de Melilla, cómo le explicaba a un compañero, neófito, el cambio de los picadores por los peones de brega:

-Ahora -comentaba- se va la caballería y viene la infantería; luego saldrá uno con una bandera (la muleta).

Era la concepción de los toros de un sargento de Regulares.

Un inglés, en Algeciras, con un sentido deportivo y circense, al presenciar la estocada mortal tras una florida faena de muleta, reflexionó en voz alta: .

¡Qué lástima!; lo mata ahora cuando lo había domesticado.

Rimaba su visión con aquel grabado inglés en el cual un toro al galope embestía, sobre un césped de hipódromo, a un torero que llevaba un látigo en la mano.

Y cuando a Fleming le hablaron de los toreros a los cuales había salvado su penicilina, preguntó, con resabio darwinista y de evolución de las especies:

-¿Y a cuántos toros?

En la temporada pasada escuché a una niña española, que ante la monotonía de pelo y trapío de los toros que se sucedían, preguntó a su madre:

-¿Es otro toro, o el mismo que ha resucitado?

Únicamente una niña española, metafísica, es capaz de esta duda, acostumbrada por su sangre a pasearse tranquilamente entre el más acá y el más allá con la más completa naturalidad. La esencia del toreo, su mecanismo -con permiso de mi admirado amigo José María de Cossío-, creo que la descubrió Don Tancredo vestido la estatua del comendador. Porque el toro prefiere la tela muerta, pero que se mueve, al cuerpo vivo, si está quieto. Como herbívoro que es, no tiene y olfato para la carne.

La emoción de los toros la formuló don Luis Mazzantini cuando increpó a un célebre actor, especializando en agonías en el tercer acto, y que le da acuciaba con gritos para que se "arrimase" más.

- Baje usted, Don Emilio que aquí se muere de veras.

La crueldad de los toros se salva por el sol; un puyazo en una tarde de tormenta o una estocada en corrida nocturna bajo la luz de la luna son un crimen. También lo es el toreo cómico. Porque la Muerte es tan seria, aún tratándose de un animal, que no se puede abrir un paraguas o jugar a la baraja ante la agonía de un becerro.

Los toros son tan importantes rozan tanto a la Muerte y al Misterio, que un Papa los excomulgó, interviniendo un Rey; y otro Papa levantó el entredicho.

Como todo arte los toros son desinteresados; no hay apuestas ni quinielas. Todavía un ser -aunque sea una pobre bestia-, con corazón, con sangre, con fatigas, es más importante que un poco de cuero esférico inflado por el aire.

En Norteamérica, se alza un monumento a una vaca que dio, en tres ordeños, una fabulosa cantidad de litros de leche. El valenciano Mariano Benlliure se hubiera asombrado de esto; él, que modeló en bronce a un toro, titulando a su escultura "La estocada de la tarde”. Y en todas las tabernas y colmados hay una cabeza disecada con el sol y el bullicio de un lejano domingo. La primera postura es científica, útil y puericultora; la segunda, inútil pero estética. Pero también el hombre posee una extraña sed que hay que calmar con emoción y con belleza.

Quienes acuden por las mañanas a los sorteos de los toros visitan el patio de caballos, el Museo Taurino y la enfermería con su olor a éter que es el perfume que se echa la Muerte en su pañuelo- y después de la corrida van a ver a los toros con los cuernos cortados a hachazos, desollados, colgados de poleas con olor morado de jamón, convertidos en piezas de matadero, imitan a los espectadores de teatro que visitan a los actores después de la muerte en el tercer acto o contemplan la comedia entre bastidores. Destruyen la gran magia prehistórica del toreo; van a la mansa sangre bajo los zuecos de los carniceros cuando se ha evaporado ya la carísima y misteriosa marea de la bravura.

No hay proyección cinematográfica más dramática que esa sombra almenada de afilados cuernos del toro, sobre el rojo con sol, de una muleta. Y un gran film sería colocar la cámara en los ojos del toro -que no sabe que hay un toro en la plaza- y contemplar su asombro al ver el abanico de huidas, los quiebros, los engaños, el salto a la barrera, las actitudes disparatadas. Sería como si se filmara al Miedo, químicamente puro.

Si se suprimieran los toros, el flamenco se vería seriamente afectado.
Porque en el tablao se baila y se quiebra -el toreo es brazos y cintura- ante un toro que no existe; y el bailarín levanta los brazos armados de invisibles banderillas.

El toreo no es un matadero ni un circo de animales amaestrados. No es teatro, puesto que se muere de veras. Ni deporte, ya que se puede ser raquítico y torpe -Belmonte no tenía piernas- y torear maravillosamente. El único músculo importante en el toreo es el corazón.

El toreo no es combate como dicen los franceses del Norte, y los anglosajones con su célebre "bull-fighting" (lucha con toros) puesto que se oponen a la fiereza bruta, gracia, viento, engaño, percal, quiebros y leves armaduras de seda y lentejuelas.

El toreo es danza. Un “Baller” con la oscura música de fondo de la Muerte.


domingo, 11 de enero de 2009


"Una corrida de toros va más allá del espectáculo emocionante o la mera diversión, porque en ella sea únan la bravura, el poder y la casta de uno de los ejemplares más nobles y bellos de la Creación, como es el toro; y el talento, la destreza y la valentía de unos hombres (también de algunas mujeres), gente corriente pero distinta, que arriesga su vida con ilusión, covación y entrega para conquistar la fama y el prestigio y triunfar en una de las actividades humanas más difíciles y duras que existen. El mundo del toro es un arcano, con su miestrio efímero y permanente a la vez de tragedia y gloria."


María Mérida, La torería