martes, 9 de septiembre de 2008

PROFANADORES DE TUMBAS/ Antolín Castro


Por Antolin Castro

opinionytoros.com


Quienes piden respeto para los animales, aunque sean los toros su casi único punto de mira, se dedican a las mayores bestialidades. Ellos, al parecer, sí pueden hacer cuanto les venga en gana y dejan de lado los tribunales de justicia para ventilar las cuestiones que dicen les afectan.

En esta pasada semana, en Salamanca, un grupo de “educados antitaurinos” ha decidido tomarse no se sabe bien qué justicia por su mano y han profanado la tumba de Julio Robles, quien falleciera hace tiempo tras siete largos y duros años anclado en una silla de ruedas.

La historia de este diestro, la última, vino precedida de la acción de un toro en la plaza francesa de Beziers. Una tremenda voltereta lo dejó inválido y así pasó los últimos años de su existencia. En ese tiempo no se le ocurrió maldecir al toro o a la especie brava de su tragedia; ni los aficionados o seguidores suyos atacaron las ganaderías para vengar la desgracia de su torero. Todo era, y es, asumido como una consecuencia de la actividad del torero.

A diferencia de estos energúmenos, todo cuanto sucede en la Fiesta Brava está regulado y quienes practican la profesión, o son simples espectadores, están sujetos a esas leyes reguladoras. Los “pacíficos” ciudadanos que se oponen a los toros, siempre demuestran su catadura ética y moral avasallando el respeto que deben a quienes piensan y obran diferentes a ellos, además de ejercer de forma desordenada, pero a su antojo, el derecho a pensar y manifestarse diferente.
Pero en este caso, como se dice, se han pasado cien pueblos. Atacar la tumba de un torero que, además, cayó herido como consecuencia de esa lucha con el toro, es el colmo y dice muy a las claras quienes son estos individuos. Profanan su tumba, la llenan de pintadas llamando asesino a quien allí yacen sus restos, saquean un busto, chantajean con devolverlo cuando acabe esta fiesta... todo un ejemplo de su civismo, educación y respeto por lo ajeno. Un “modelo” a seguir.
Soy taurino, es evidente, pero si no lo fuera estos vándalos me darían razones para serlo, o al menos para no militar en sus grupos. No hay peor bestia que aquella cuyo comportamiento se sale de todo raciocinio o lógica. Por mas que busco no encuentro razones para tan vil acto con quien descansa en su tumba.
No es solo este sector de la sociedad donde los grupos que no están de acuerdo utilizan métodos salvajes, intimidatorios o contrarios a la mas elemental convivencia y ajenos a la ley, pero es este el que nos ocupa en este espacio y a él nos referimos. Lo cierto es que existen grupos que creen que otros hacen el mal o lo hacen muy mal, y no tienen otra forma de denunciarlo y luchar contra ello que hacer una demostración de que ellos son peores ciudadanos y mucho más incívicos. Está por ver que sean agredidos los contrarios a la fiesta por los que si lo son. No obstante, parece que andan buscando camorra y es de temer que surja la chispa en algún lugar y reciban respuesta a su manera: a golpes.
Tremenda esta noticia que comentamos, sucedida al amparo de la máxima impunidad y cobardía. Los toros, la fiesta de brava, se desarrolla a la luz del día con lo que la impunidad no existe y tampoco la cobardía. Julio Robles es un claro ejemplo del precio que se puede pagar por todo lo contrario a lo que ellos practican.
Desde aquí nuestro rechazo a los salvajes y el reconocimiento a los valientes. Si quieren acabar con la fiesta de los toros que utilicen las razones pacíficas y los instrumentos legales que les puedan llevar a conseguir su objetivo. Entre tanto, solo se les pide una cosa: respeto a lo que legalmente está permitido y establecido.
Mal andaríamos si se pudieran profanar todas las tumbas de quienes en su vida mataron animales, pues quedaría permitido hacerlo con las de sus abuelos, padres y antepasados, pues ninguno de ellos escaparía de haber matado moscas, gallinas, cerdos, así como otro tipo de animales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos los ataques de los antitaurinos, en España y Venezuela especialmente, nos ponen bajo aviso de cara a la Feria de Quito. Estos actos delincuenciales nos producen un enorme vacio y repulsion, mas que como taurinos como seres humanos. La defensa de una "causa" no es pretexto para cometer este tipo de barbaridades. Ojala que en nuestra Feria decembrina no tengamos que lamentar este tipo de cosas a nombre de la intolerancia, la inhumanidad y el irrespeto. Un saludo muy taurino para todos y sigamos adelante en la defensa y promocion de NUESTRA Fiesta Brava

Anónimo dijo...

Antitaurinos degenerados, intolerantes, verguenza de la raza humana.