Dedicada a Christian, José y Miguel Ángel, aficionados prácticos
A pocas horas de que tengan quizá el día taurino más triunfal de sus vidas, ese normal miedo a la incertidumbre de torear, habrá ya hecho presa de ustedes: espacios de meditación y la afición en la que depositamos esa eterna esperanza de estar bien delante de un becerro nos llena la mente, y ya estarán algunos poetas, tan aficionados como ustedes reclamando su tendido en el cielo para verlos e inspirar sonetos a su afición.
Quería decirles que en ustedes hay algo especial: desde hace algunos años, su afición por el toreo, esa que nació y creció con ustedes, se ha convertido en un sueño, en lugar del deseo imposible. Y es un sueño que podrán vivirlo despiertos desde este sábado y durante toda esta feliz realidad que es la Feria del Aficionado Práctico. No puedo más que pensar en su actuación, en su buena suerte, y en ese aire de figuras del toreo que son todos, sin nombre en carteles de postín, pero para mí, figuras del toreo personales. Luego de tantas noches de entrenamiento, aprendizaje y apuntes de pases soñados, nos volveremos a encontrar en la soledad del ruedo con un becerro. Lo paradójico es que esa soledad es algo que puede llegar a llenar mucho el alma. Esa soledad se muda, se trastoca, se invierte y nos llena donde la sucesión de pases y estructura de la faena sólo es una estratagema de lidia, una estrategia impuesta por la necesidad de "sobrevivir", como dice José Morán o de "no volar" como a veces lo digo yo. El clímax de nuestra afición está ahí, aunque hayan "espantás", o aunque se haga la faena soñada... No importa, ese es el foco de nuestra afición, porque el miedo, la ilusión y el aprendizaje están unidos en esos momentos, en un coctel que nos inunda el pecho. Los nervios se apoderan de la piel y se reflejan en palideces. Pero el corazón y mente de ustedes, estoy seguro, esta vez será el territorio para vencer el miedo, los nervios, el lugar donde torear ya no tiene rostro ni escala humana, si no de duende y pasión. Estaré ahí desde el principio para verles y siempre los volveré a ver cada que se metan en esta, para muchos, sinrazón de su carácter, en este hálito mágico de la afición que nos sopló a todos desde niños y que nos damos cuenta que nos une ahora a más de 50 aficionados prácticos en esta Feria, aunque nos unió desde siempre, desde que nos picó el gusanillo de la afición y el toreo. Me enorgullece su decisión de torear, me enorgullece porque entra dentro de ese inexplicable cúmulo de mágicas coincidencias que tengo con ustedes.
Amigos: Si ese gran poeta que fue Adriano del Valle presidiese los festejos de la Feria del Aficionado Práctico, desde su palco en aquel cielo reservado para los poetas, sólo al comprobar su afición ya les daría a todos los participantes -como a Manolete- las orejas, el rabo y la eternidad.
Un saludo a todos los aficionados prácticos que intervendrán en esta edición del 2009.
Quería decirles que en ustedes hay algo especial: desde hace algunos años, su afición por el toreo, esa que nació y creció con ustedes, se ha convertido en un sueño, en lugar del deseo imposible. Y es un sueño que podrán vivirlo despiertos desde este sábado y durante toda esta feliz realidad que es la Feria del Aficionado Práctico. No puedo más que pensar en su actuación, en su buena suerte, y en ese aire de figuras del toreo que son todos, sin nombre en carteles de postín, pero para mí, figuras del toreo personales. Luego de tantas noches de entrenamiento, aprendizaje y apuntes de pases soñados, nos volveremos a encontrar en la soledad del ruedo con un becerro. Lo paradójico es que esa soledad es algo que puede llegar a llenar mucho el alma. Esa soledad se muda, se trastoca, se invierte y nos llena donde la sucesión de pases y estructura de la faena sólo es una estratagema de lidia, una estrategia impuesta por la necesidad de "sobrevivir", como dice José Morán o de "no volar" como a veces lo digo yo. El clímax de nuestra afición está ahí, aunque hayan "espantás", o aunque se haga la faena soñada... No importa, ese es el foco de nuestra afición, porque el miedo, la ilusión y el aprendizaje están unidos en esos momentos, en un coctel que nos inunda el pecho. Los nervios se apoderan de la piel y se reflejan en palideces. Pero el corazón y mente de ustedes, estoy seguro, esta vez será el territorio para vencer el miedo, los nervios, el lugar donde torear ya no tiene rostro ni escala humana, si no de duende y pasión. Estaré ahí desde el principio para verles y siempre los volveré a ver cada que se metan en esta, para muchos, sinrazón de su carácter, en este hálito mágico de la afición que nos sopló a todos desde niños y que nos damos cuenta que nos une ahora a más de 50 aficionados prácticos en esta Feria, aunque nos unió desde siempre, desde que nos picó el gusanillo de la afición y el toreo. Me enorgullece su decisión de torear, me enorgullece porque entra dentro de ese inexplicable cúmulo de mágicas coincidencias que tengo con ustedes.
Amigos: Si ese gran poeta que fue Adriano del Valle presidiese los festejos de la Feria del Aficionado Práctico, desde su palco en aquel cielo reservado para los poetas, sólo al comprobar su afición ya les daría a todos los participantes -como a Manolete- las orejas, el rabo y la eternidad.
Un saludo a todos los aficionados prácticos que intervendrán en esta edición del 2009.
3 comentarios:
Olé!
Hola, soy José Muguel... Que hermoso escrito, que pluma de este señor!!!
Me dan ganas de aprender a torear, enfundarme un traje corto y salir a dar todo!
Amigo Juanfer, muchas felicidades, espero que la tarde de este domingo salgas por la puerta grande y tengas la oportunidad de demostrar tu torería.
Suerte Matador!
Un abrazo,
Flavio Ch.
Publicar un comentario