lunes, 24 de agosto de 2009

Los Toros en Ecuador

Por: Paul Salazar
Los toros son parte de la la cultura de nuestro país, una herencia arraigada en casi todas las poblaciones del Ecuador, en donde más del ochenta por ciento de las fiestas tienen corridas de toros o festejos taurinos como número principal de sus festejos.
De ninguna manera se puede afectar esta fiesta cultural en nuestro país, llena de colorido, arte, valor y tradición.

La Feria Jesús del Gran Poder, es una de las más importantes del continente, donde figuras del toreo mundial vienen año a año a demostrar su arte, siendo un atractivo turístico de la ciudad y que mueve la economía de miles de familias que esperan con ansias las fiestas de diciembre .
Las corridas de toros son el evento cultural más importante de las fiestas de Quito, que trasciende a sus actores directos y beneficia a más de 80 sectores de forma directa e indirecta .Cinco grandes sectores se nutren del turismo: proveedores de insumos agrícolas, operadores de transporte y agencias de viajes, servicios de alojamiento y hospedaje, empresas de alimentos y bebidas y actividades de animación y entretenimiento (casinos, teatros, cines, discotecas, museos, etc.).Los sectores comercial y artesanal también forman parte del círculo virtuoso que genera la fiesta de los toros. Grandes y pequeños comerciantes y artesanos aumentan sus ventas por el flujo de visitantes a la ciudad y el comportamiento de consumo de los habitantes con motivo de las tradicionales festividades anuales.

Otros colectivos también se nutren de las bondades de la actividad taurina y encuentran en ella la base de sus ingresos como los Artistas y Músicos Unidos, la Asociación de Vendedores de Espectáculos Públicos, la Asociación de Vendedores de Entradas y Anexos de Pichincha, la Asociación de Vigilantes de Vehículos, el Sindicato de Trabajadores de Espectáculos Públicos de las Plazas de Toros. Mención especial merece la Unión de Toreros del Ecuador como factor directo del espectáculo.

La fiesta de los toros es un patrimonio de la cultura ecuatoriana y que debemos defender y exigir respeto a las personas que piensan distinto, eso es democracia el respeto de pensamiento y al de expresión, el toro de lidia es criado con la finalidad de que muera dignamente en el ruedo en una lucha de poder a poder con el matador de toros, no para que sea sacrificado en un camal esperando un turno para una muerte sin luchar y poco digna, pero a los ojos de los antitaurinos en una muerte aceptable.

martes, 18 de agosto de 2009

TOREO

Sin la presencia de la muerte, no puede haber una auténtica corrida de toros. El toro debe morir, pero no de cualquier modo. No es matar por matar.En este supremo lance al toro le toca poner toda su casta, hasta el fin; y al torero todo su arte y su valentía hasta el fin también.
En la conjunción lograda de estos elementos, hace su presencia la invitada invisible de la fiesta, la muerte.Son increíbles las cifras de los toros muertos por las grandes figuras, verdaderas hecatombes míticas. Desde los cinco mil toros que mato Pedro Romero, sin una sola herida en la piel inviolada del diestro, a los cuatro mil ochocientos setenta y dos de Lagartijo y los mil seiscientos dieciséis de Antonio Fuentes.
En record de cogidas, se lleva la palma El Espartero, enpitonado ochenta y cuatro veces, y confesando estoicamente: "A pesar de tener el cuerpo recocido por todas partes, que más cornadas da el hambre."El año más trágico para los toreros, es el de 1934, que cierra su balance con doce hombres muertos y cuarenta heridas graves. Y de los meses, la flor, esta vez de sangre, se la lleva Mayo. Hay una foto impresionante de la cogida de Manolote en Linares, en la que se ve claramente como al mismo tiempo penetra en el muslo del maestro el pitón del toro, en cuyo morrillo esta penetrando el estoque del torero.Dos muertes en una sola foto.
Y sin embargo, los toreros confesamos que en algunas ocasiones son peores los hombres. Me decía un amigo torero: "A veces tengo la impresión de que cada toro que mato, para tomar venganza de su muerte, se encarna en un hombre después."Y entonces, a todas las nobles malicias del toro, se añaden las peores intenciones del hombre.
Imaginese usted,
Torear, juego entre dos
tu y el toro.
Cuenta bien,
olvidas otro,
La muerte.

Torear,
juego entre tres.
El toro no la invito,
pero yo si la invite,
y al ver el toro al torero,
la invita el toro también.

Y por los dos invitada,
entre dos debe escoger.
Aunque si puede, traidora...
Coje a los dos a la vez.
Penetra por el torilcon el toro en el redondel,
o formando en la cuadrilla del paseillo, no se.

¿Qué sitio ocupa en la plaza?
Suyo es todo el redondel,
pisa el terreno del toro y el del torero también.

Tiene frontera en el suelo,
la leve arenaun cairel que se desmaya en el airey el raso sobre mi piel.

Se asoma en el burladero,hiela al estribo su pie.
De los medios a los tercios va y viene en loco ballet.

Se enrolla con el capote,seguido abrazo a mi piel.¿Quien me mueve la muleta, si no hay viento?Quien va a ser.
Cadena de naturales,riesgo a muerte, eslavon fiel;Pase de pecho, alguien pasa.Ademas del toro, ¿Quien?
Cuanto más nos apretamos el toro y yo,piel con piel.Mas ancha y facil la muerte puede entre los dos caber.

Quien se cuadra, ¿ella o el toro?Cuando cito a volapie.Yo enfilo al toro mi estoque,ella a mi las astas de el.

Cruzan en viaje dos muertes.Via libre y pasa el tren.Y que no cabe mi tumba en la cuna del burel.
Yo juego todas las cartas,el toro una sola.Y es, su dos de espadasque busca darme muerte cada vez.
Yo el as de espadasreservo para el final.Y con el,solo una vez juego a muerte.Todo lo juego a una vez.

Una corrida seis veces la muerte en el redondel. Tocan a dos por torero. Señor, que no toque a tres.


miércoles, 12 de agosto de 2009

¿De qué fibra están hechos los Toreros?

Por: José Antonio Esparza
Al ser humano promedio si lo muerde un tiburón, pero no lo mata, lo que sí le produce es un trauma psicológico espectacular, que más que seguro, lo aleje de las aguas marinas de por vida.
En otro nivel, si un perro lo muerde, la próxima vez que esté cerca de un can, lo tratará con respeto, no por trauma, pero sí por experiencia. El sentido de conservación en todo ser viviente es algo innato, todos lo tenemos y es el resultado de intrincados mecanismos neurales, físicos y hormonales.

En el caso de los toreros, todos ellos saben el riesgo que encierra su profesión y más tarde o más temprano, entregarán su cuota de sangre sellando su compromiso con el toreo. No siempre es así; hay algunos afortunados que son muy respetados por los astados y casi no tienen percances.
Pero, y los que sí se llevaron una "cornada decaballo", ésos que en el momento de la cogida, vieron la cercanía de la muerte, aquellos que estuvieron en el suelo a merced del animal….¿Qué extraño mecanismolos priva del trauma y siguen toreando? ¿Cómo vencen el dolor de la cornada y torean aún sangrando? ¿Cuál parte del cerebro le indica que debe continuar?
Creo yo que la respuesta no la dan los médicos especialistas. Pienso que la cosa está en la sangre. En la sangre torera. Así como hay toros de casta, pienso que hay seres humanos de casta. Sujetos distintos al resto, cuyas motivaciones son diferentesa las del resto de los mortales.

Muchos tratadistas de este tema citan como motivaciones a los siguientes alicientes: DINERO, GLORIA, FAMA, MUJERES….Yo creo que sólo algunos toreros llegan a la cima, y con ella, a lo anteriormente citado. Pero hay un elemento inmaterial que es el verdadero motivo: EL RESPETO.
El torerito de pueblo, sin un cobre en el bolsillo, torea por el respeto. Y tras ese respeto, la admiración del público es la droga que lo empuja aseguir intentándolo. Qué importan los primeros revolcones, qué importa la primera cornada, el deseo de torear se basa en la búsqueda constante del respeto que causa en el resto de seres humanos.
El cuerpo de un torero es tan vulnerable a las cornadas como el de usted, amigo lector. No está hecho de ninguna fibra especial, ni de más adrenalina en las venas. Lo que tienen los toreros es una sangre especial. Es una estirpe humana única. Y los pocos que la poseen, no pueden luchar contra ella. Esa sangre es más fuerte que sus miedos, sus dolores y su propia vida.

Si no fuese así, no se explica por qué los toreros millonarios, que ya lo tienen todo -en términos económicos y materiales; finca propia, Mercedes Benz, Cuenta Bancaria gigantesca- sigan arriesgando su vida en cada tarde. Si las verdaderas motivaciones fueron esas, dejarían de torear y disfrutarían de sus posesiones. Pero no, usted sabe de toreros retirados, millonarios, que no soportan esa lejanía con el toreo. Algunos creen que la vida que Dios les dio sólo sirve para torear y nada más. Este tipo de romanticismo del siglo XXI, es actualmente, único.
Las figuras entonces, también buscan lo mismo: EL RESPETO, y vaya si lo consiguen!
Hace muchos años, Francisco Ruiz Miguel recibió una cornada en el escroto (zona genital). ¿Sabe usted lo que hizo? Dijo: "No pasa nada. Dejarme solo." Y siguió toreando hasta enfundarle una estocada hasta los gavilanes al animal, que rodó frente a él como rodaban las gotas de sangre por su taleguilla. Y recién en ese momento, se dejó cargar en hombros hacia la enfermería, pero con las dos orejas en las manos y con los gritos del público en sus oídos: TO-RE-RO,TO-RE-RO, TO-RE-RO!

Antonio Bienvenida se llevó un cornadón en el vientre al tratar de darle un pase cambiado a muleta plegada al toro “Buenacara” en el año 1942 en Barcelona. Le administraron la Extremaunción. El hombre estaba partido en dos. Se salvó de milagro y su recuperación duró 3 meses. En su reaparición, toreó en Barcelona, con toros del mismo encaste, vestía el mismo color de traje de luces, y a su primer enemigo le citó para el pase cambiado. Se lo pegó y se acabó el problema. Venció sus temores y se sobrepuso a sí mismo de la única manera como podía hacerlo: toreando.
¿De qué fibra están hechos los toreros? De la misma fibra de la que estamos hechos usted, amigo lector, yo y todos los demás seres humanos de esta tercera roca a la derecha del Sol. Pero la sangre que corre por esas venas, esa sangre que se ha derramado miles de veces para la consolidación de la Fiesta Brava, es única.
Esa sangre no morirá y se seguirá transmitiendo por generaciones en tanto un grupo de aficionados como nosotros acuda a una plaza de toros y vitoree a un matador con las palabras mágicas: TO-RE-RO, TO-RE-RO,TO-RE-RO!

viernes, 7 de agosto de 2009

HISTORIA Y CULTURA TAURINA


FESTEJOS TAURINOS EN EL PRIMER CENTENARIO DE LA BATALLA DE PICHINCHA

Por: Vicente Moreno

A finales de 1919, se crea la “Junta del Centenario para preparar las fiestas para conmemorar el “24 de Mayo”, en 1922, programa en que tomarán parte los Poderes Públicos, Corporaciones y el pueblo. El extenso programa de fiestas acordado por la Junta tomó en consideración actos civiles, religiosos, militares y públicos pero no lo hicieron con los festejos taurinos programados con cuatro corridas de toros. Curiosamente, el público de Quito acudió todos los días a las corridas programadas de la temporada, los diestros actuantes eran españoles.
La propaganda taurina comenzó el 6 de mayo de 1922, con grandes titulares publicados en la prensa escrita local y en programas tipo cartel que reseñaba: Inauguración de la temporada del Centenario. El domingo 14 de mayo de 1922, con los afamados matadores Pedro Maizal “Belmontito” y Antonio Reyes “Nacional”. 6 toros colosales – de Pedregal – cantinas bien servidas. En otro cartel del 17 de mayo se reseña: “ Inauguración de la Temporada del Centenario. El Domingo 21 de mayo de 1922. Reaparición del célebre espada Francisco González “Faico” y los afamados matadores “Belmontito” y “Nacional”. Cuatro banderilleros- 6 Toros de muerte-6. Cantinas bien servidas. Los carteles referían …” habrá un precioso juego de banderillas de lujo obsequiadas por distinguidas señoritas de esta capital, las cuales serán colocadas por los matadores. ”La Compañía dedica esta corrida a la Federación de Estudiantes, a las instituciones Humanitarias y patrióticas, así como a los señores capitalistas e industriales.


Los estudiantes que vayan con su respectiva gorra tendrán hasta el 25 % de descuento”. El valor más alto de la entrada era de 15 sucres el palco y la más económica 0.50 centavos de sucre la entrada al tendido alto de Sol. Habrá un toro de reserva.” La temporada taurina se prolongó hasta el 25 de junio del mismo año, repitiendo los toreros y con la misma ganadería de “El Pedregal”. Se volvió a dar una corrida más en el mes de julio como despedida del torero español “Faico”, como corridas de la Temporada del Centenario.

Las corridas de celebraron en la única Plaza de Toros que había en Quito, esto es la llamada Plaza de Toros de San Blas, o de la “Antepara”, que años más tarde en 1930, se la bautiza como “Belmonte”. Los toreros invitaron a las autoridades de Gobierno, Ministros y Cuerpo Diplomático. Asistieron miembros del Ejército y Policía. La Banda Militar de Música del Regimiento Bolívar fue la encargada de amenizar el espectáculo entonando pasacalles y pasodobles.
De acuerdo a las crónicas publicadas de la prensa local, y con la demanda por parte del público por repetir las corridas –prolongadas hasta el mes de julio de 1922- esta programación taurina evidencia una importante acogida y agrado por parte del pueblo.